Capitulo 3.

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Juana.

El momento ha llegado. Todo lo que conozco lo dejaré atrás por fin. El momento de conocer el mundo ha llegado. Tanto tiempo he esperado este momento, y no puedo ni imaginarme que ese momento está a la vuelta de la esquina. No solo conoceré algunos estados de Estados Unidos; sino que también conoceré otro país. México. 
Con la luz apagada me bajo de la cama para sacar de debajo de ella la maleta, que está lista desde que el sol se metió. 12.18 am, en dos minutos Adam estará estacionado a dos casas de la mía. Llevo todo lo que creo que necesitaré; ropa, dinero, documentos, audífonos, mis libros favoritos, mi teléfono, lentes de sol... Siento que algo se me olvida, estoy segura de que estoy olvidando una cosa. El reloj marca las 12.20 am, asomo la cabeza por la ventana y sí, tal y como imaginé, Adam está estacionado enfrente de la casa de la señora Johnson, mi celular se ilumina y comienza a vibrar en la mesita de noche, lo tomo y veo el nombre de Adam en la pantalla, contesto.
   ---Juana, estoy estacionado frente de la casa de Cam Johnson, te espero aquí.
   ---Sí, ya te vi por la ventana, en cinco minutos estoy abajo.
Cuelgo, tomo la maleta, guardo mi celular en mis jeans y me dirijo a la ventana. Presiento que algo se me olvida pero no estoy segura de qué. Pongo un pie fuera de la ventana y salgo con cuidado, camino por la azotea, me tomo del árbol y me lanzo hacia él, bajo con cuidado cada rama, lanzo la maleta al césped y después brinco. Caigo de rodillas, me incorporo y tomo la maleta. Justo en el momento en el que me echo a correr se enciende la luz de mi casa. Corro más deprisa y al llegar al auto me meto rápidamente. Saludo a Adam con un beso en la mejilla. Recupero el aliento.
   ---¿Lista? ---Me pregunta y yo asiento aún intentando respirar. Me pongo el cinturón, bajo la ventanilla y giro mi mirada hacia Adam.
   ---Bajé del árbol y encendieron la luz de la casa. Corrí rápido hasta llegar aquí. Nadie me vio.
   ---¿Dejaste la nota a tus padres? ---Me pregunta Adam cuando salimos por la calle S Saulsbury hacia la  W Kentucky Ave. Abro los ojos como platos nerviosa. Niego con la cabeza ---. ¿Cómo que no le dejaste nota a tus padres Juana?, comenzarán a buscarte como locos cuando se den cuenta de que no estás en tu habitación.
   ---Mañana a primera hora de la mañana le mando un mensaje de texto a mi madre diciéndole que salí a disfrutar el verano contigo. 
   ---Está bien Juana ---concluye la conversación. Adam presiona un botón y el capote del auto se baja dejándonos ver el estrella cielo nocturno. Enciende el estéreo justo cuándo pasamos por la calle dónde vive. 
Entramos a la S Wadsworth Blvd y subo el volumen de la música. Los faros de la avenida nos iluminan los rostros mientras que el viento sacude mi cabello. Los autos que están alrededor de nosotros nos arrepasan. Sigo sin creérmelo, estoy dejando atrás todo lo que conozco. Desde pequeña siempre he tenido la curiosidad de saber qué es lo que había fuera de mi casa, del único lugar que conocía. Sé que todo esto nos traerá problemas cuando regresemos pero no me importa porque mi sueño se está cumpliendo. También sé que México no es la mejor opción para una chica de diecisiete años que vive en Lakewood, Colorado, sé que México está lleno de riesgos pero no me importa, quiero vivir. Quiero disfrutar realmente mi adolescencia ahora que puedo. 
   ---Adam.
   ---¿Sí?, ¿Qué pasa? ---Pregunta confuso.
   ---¿Alguna vez te limitaste a algo? 
   ---Limitarme a algo... ---comenta ---. Una vez, en casa de Jay, me limité a acostarme con Jessica Ácnes en una fiesta que hizo Jay, estaba tan borracha Jess que tuve que llevarla a una de las habitaciones de la casa de Jay para que descansara un rato, y pues cuando la acosté sobre la cama comenzó a besarme y pues ya sabes, Jess es considerada una de las más buenas en la preparatoria pero tuve que limitarme a ponerle siquiera una mano encima porque: (1). Estaba borracha y (2). Sabía que si lo hacía, al despertar comenzaría a decir que la quise violar o algo así y pues veme aquí, virgen aún. 
Río un poco y comienzo a juguetear con mis dedos. Escucho que se aclara la garganta y volteo a verlo. La luz roja del semáforo le ilumina cada una de sus facciones cuando gira su rostro hacia mí y sonríe, y en ese momento considero que jamás me había puesto a ver detalladamente su rostro. Parpadeo un par de veces cuando comienzo a darme cuenta que lo estoy observando mucho.
   ---¿Y tú?, ¿Alguna vez te limitaste a algo? ---Me pregunta cuando avanza de nuevo al ponerse la luz en verde. 
   ---Déjame ver... No, bueno sí, me limite a jamás salir de mi casa pero rompí ese limite.
Vaya respuesta... Adam se detiene en la gasolinera frente a los grandes almacenes T.J. Maxx para llenar el tanque. Apaga el motor y me voltea a ver. Un horrible olor a gasolina comienza a volar en el aire y me hace arrugar la nariz. Se ríe de mí y le lanzo una mirada asesina. Me acomodo el pelo hacia un lado, le doy un poco de dinero para pagar la gasolina pero el se niega, pongo los ojos en blanco, guardo el dinero y dejo mi mano sobre la palanca de las velocidades. Adam le da las gracias y vuelve a encender el auto. Siento que toma mi mano y un tipo de cosquilleo me da en todo el brazo al sentir lo suave que son sus manos, pero después caigo en la cuenta de que aún tengo la mano en la palanca de velocidades. La retiro muy deprisa y el sonríe burlón.
   ---Juana, ¿No quieres descansar? ---Me pregunta cuando me ve bostezar. Niego con la cabeza.
   ---No Adam, aún no quiero dormir, gracias.
La música cambia de Lady Gaga a una lenta. Adam sonríe y sube el volumen. Lo miro admirada cuando comienza a cantar. Se ve tan concentrado en la canción que siento que si lo interrumpo preguntándole cómo se llama la canción se enojará.
   ---Puedes ser mi salvación... ---La canción terminó y estoy boquiabierta. La cantó con tanto sentimiento que casi parecía que se la dedicaba a alguien en especial. Siempre supe que Adam cantaba de maravilla desde que eramos pequeños ya que una vez cantó el día de la madre en la primaria. 
Tomamos la 6th Ave y es ahí dónde Adam pisa el acelerador y avanzamos más rápido. Las ventajas de estar en la avenida a las 12.47 de la noche es que la policía está tan ocupada deteniendo conductores ebrios en otras avenidas dejando sin vigilancia ésta. Cruzamos demasiadas calles a toda velocidad pero la disminuye cuando giramos a la derecha en el puente cerca del parque Phil Milstein para incorporarnos a la salida de la I-25 S. Nos vamos derecho por la Valley Hwy. 
Pensándolo bien, creo que éste será el mejor verano de toda mi vida.

Tan Solo Tú #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora