DARKNESS - (Fanfic Zayn Malik)

Nena

Zayn punto de vista.

''Yo tambien tengo algo que contarte''.-Dijo anne que estaba recostada en mi pecho mientras yo acariciaba su pelo.

''Dime Ann''.-la mire esperando a que hablara pero ella se separo de mí, sentandose en el sofa, yo me reincorpore a su lado tomando su rostro en mis manos para que me mirará.-''Sabes que puedes confiar en mi duende''

''Tengo miedo de que pienses que estoy loca''.habló con la voz entrecortada.

.Yo no respondí, solo me acerque a ella y la abracé a mi pecho, besando su mejilla con cariño.-''Yo nunca pensaría eso nena, no llores, ¿sabes lo mal que me hace eso?''

''Desde que murió mi mamá yo tengo pesadillas con lo que paso ese día, no...puedo dormir sin despertar por las noches gritando o escuchando voces''.murmuro contra mi pecho limpiando sus lagrimas cons manos como una niña, ella se veía dolida y lastimada otra vez, eso era algo que me partía el alma.

Mi chica hermosa quebrada.

''Te amo, ¿me escuchas? te amo más que a nada en el mundo nena, y nada de lo que pase va a cambiar eso''

Ella sonrió mientras se tiraba a mis brazos y yo caía de espaldas en el sofa riendo con ella.''También te amo Zayn, mucho, mucho''

Yo reí mientras Ann llenaba de besos mi rostro y por último beso mis labios.''Te amo''

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Se sentía un poco fría mi piel, el calor de un segundo cuerpo ausente en la cama. Di unas palmaditas en las sabanas que me rodean, esperando a encontrar a Anne. Cuando descubrí que estaba vacío, los acontecimientos de la noche anterior llegaron de golpe. El decirle toda la verdad a Ann, el encuentro tan intimo que tuvimos, sus abrazos, su risa, mis estupidos pensamientos en dejarla para alejarla del peligro. Pero mi capacidad de resistencia hacia ella parecía derretirse mientras Anne se aferraba a mí mientras dormía, mis dedos se cerraron alrededor de los suyos para detener las pesadillas, y los gritos que soltaba. 

Me levante entrecerrando los ojos con la luz que se infiltraba en la habitación entre mis cortinas. Mi corazón latía con fuerza, con los ojos lanzados en todo el espacio en un esfuerzo de buscarla. El edredón fue echado hacia atrás, tambaleándome desde la cama y acercándome a la puerta del baño. 
De algo estaba seguro, no la voy a dejar, no es la solución, voy a proteger a Ann con mi vida.

Moví mi cabello de la frente, continuando mí paso decidido por el pasillo hasta la cocina, con la esperanza de encontrar a Anne.

Vacía.

Mis pies me llevaron a la puerta abierta de la sala de estar. Mis dedos tocaron el marco, mirando. Yo estaba a punto de girar cuando un destello de ondas oscuras me llamó la atención. Ella estaba sentada en el alféizar de la ventana, las rodillas encogidas hasta su pecho mientras observaba pasar el mundo a través del cristal. Sus pequeñas manos entrelazadas alrededor de una taza mientras ella se la llevaba a los labios, sorbiendo el líquido. 

Se acerco a mí mientras levantando su brazo derecho para que sus dedos agarraran mi nuca.Me puso a su estatura, mis labios estaban necesitados por unirse a los de ella. Podía sentir la diversión en el beso antes de que la abrazará mas fuerte y la levantara del suelo, pegandola a mi cuerpo.

“Hola a ti también, nena.”.-murmure contra su boca.

''Voy a preparte el desayuno, ve a cambiarte''.habló sobre mis labios mientras me abrazaba y yo a ella.

''Esta bien.''-la bese.-''Te amo ¿sabes?''

''Yo  te amo más.''

.

Anne punto de vista.

Exploré la cocina, y me asomé a todas las ventanas que encontré. Era un departamento normal, en una calle normal.

Me adentré a la cocina de nuevo, y revisé todas las estanterías. Bien, podía hacer chocolate caliente y un par de sándwiches. 

Mientras ponía a tostar los panes, me senté en la mesa de la cocina a balancear mis piernas. Las sillas eran bastante altas, lo que me permitió despegar mis pies del suelo por un rato, en el sentido físico de la palabra. 

Los panes saltaron de la tostadora, y los puse encima del plato, emitiendo grititos a causa de las leves quemaduras en las yemas de los dedos. Que Dios me guarde si algún día llego a madurar. Mientras ponía a calentar la leche, caminé por la amplia cocina cuidando que mis torpes pies no se tropezaran con nada. ¿Es enserio que vive solo?, pensé. ¿Cómo limpia y ordena todo esto? Me pregunté, admirada. Ni siquiera mi casa estaba tan limpia.

Alguien rodeó mi cintura con sus manos gélidas y rozó mi cuello con sus labios, haciéndome cosquillas. 

''Te ves adorable'' –masculló cerca de mi rostro, dejándome sentir su aliento abrazador y delicioso, y apretó mis caderas, arrastrándome contra su cuerpo. Yo deslicé mis manos por su espalda desnuda, sonriendo en su hombro, con la cabeza apoyada ahí.

''Ya te extrañaba''.-sonreír en su hombro mientras sentía que él me abrazaba más fuerte.

''Te amo duende''.-habló mientras bajaba la cabeza y besaba mis labios.