CAPITULO 3

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                   AMISTAD GENEROSA, OBSCURIDAD ABISMAL
 HACE 18 AÑOS LUEGO DEL ENFRENTAMIENTO CON TSUYO


Ukeire acababa de regresar a la nación del agua luego de aquella misión de búsqueda y rescate en la nación de la tierra la cual resulto un total fracaso. Una vez adentro de la enorme nación, entro como si nada aunque exhausto por el viaje a la oficina del Coronel, el cual estaba planificando algunos movimientos estratégicos para contrarestar a dicha nación del fuego. Recibió un enorme regaño por no reportarse hasta entonces aunque también le alagaron por su enorme habilidad en cuanto a dominio del elemento agua y la rama curativa. Pasaron 2 días desde su llegada exhaustiva. Se dirigió al mercado del lugar para poder comprar algunas cosas y sustentarse durante algunos días. Mientras se encontraba averiguando el precio de algunos artículos consumibles, tropezó con un sujeto de su misma contextura física y no mas que cinco o cuatro años mayor que el. También tenía el pelo largo, de casi el mismo largo que Ukeire. Solo que este tenía el pelo castaño y Ukeire tenía el pelo Negro, aparte de que este sujeto tenía una venda en su mano izquierda.

-Oh... Lo lamento amigo mío.

-No hay problema. Hay veces que no miro por donde camino. (Dijo Ukeire sonriendo)

-Eh. Colega. Yo te conozco... Si de seguro que si, eres el sujeto que perdió a todo su escuadrón en una misión de búsqueda y rescate ¿no es así?

-Si así es. (Comento Ukeire con sequedad) ¿Cómo te enteraste de ello?

-Amigo... Se habla de ti hasta en el periódico de toda la nación del agua.

-Si. De seguro que si. Lo he visto con mis propios ojos. Pero a todo esto... ¿Quién eres tú?

-Oh... Si cierto. ¿Dónde quedaron mis modales? Estaba tan emocionado de poder verte en persona que se me olvido comentarte. Mi nombre es Idou y al parecer seré tu compañero en la próxima misión

-Yo no he accedido a ninguna clase de misión ¿Cuál misión? (Pregunto Ukeire extrañado)

-El mayor me ordeno que te encontrara y te dijera que lamentaba mucho lo de tu tropa y toda la cosa. También me dijo que lamentaba interrumpir tus "Vacaciones" pero, necesitamos tener al mayor personal al frente en la batalla. Tranquilo colega, no te preocupes. A según mis criterios, esta misión será sencilla. Lo único que debemos hacer es un reconocimiento a un barco de la nación del fuego el cual se ha quedado varado en medio del océano congelado ¿Sabes? ¿El que queda a unos 10 kilómetros desde aquí al Suroeste? (Comento señalando hacia el lugar) será en unos meses. Así que tranquilízate

-Ah... Si ese lugar. No tengo una semana que llegue y ya me necesitan para otra misión. De acuerdo, confiare en ti por esta vez. Y... ¿Cómo que emocionado?

-Veras. Jamás había conocido a alguien con tales poderes curativos y me intriga. Quisiera aprender algunas habilidades de usted. A demás... No me gustaría aprender otro tipo de rama si no más que la que dominas. (Comento Idou interesado)

-Bueno, ya veremos. (Respondió en forma apática) Búscame cuando puedas a partir de pasado mañana... Estaré algo ocupado remodelando (Dijo mientras se alejaba)

-¡Oye! (Exclamo) No me dejes aquí solo. No tengo nada que hacer. Si quieres hasta te acompaño a remodelar tu hogar

-Gracias por interesarte pero no gracias. Mis cosas solo las ordeno yo, encuentra algo que hacer. Si no quieres morir de aburrimiento será mejor que lo hagas. Como ya dije... Nos vemos a partir de pasado mañana ¿Si? (Comento aun de espaldas y en forma apática)

-De acuerdo (Comento con un tono de voz bajo) Este bien, solo no te permitas morir antes de la misión. (Bromeo aun en voz baja)

Separándose Ukeire de Idou. Se dirigió a su hogar el cual estaba hecho un desastre. Ya se hacia de noche y solo podía pensar en aquella mujer de la nación del fuego quien lo había dejado pensativo. Ukeire con insomnio se dirigió hacia el tejado de su casa solo para mirar las estrellas con un sentimiento melancólico al pensar en aquella mujer. Al llegar arriba subiendo por las escaleras, se sentó en una silla plegable la cual aun después de tanto tiempo fuera de su casa, aun estaba allí solo que más deteriorada a causa del sol y las torrenciales lluvias que de ves en cuando tenían lugar en esa nación. Habían pasado solo unas horas desde que salió a su tejado cuando algo llamo su atención justo antes de por fin quedarse dormido. Un celaje lejano que se pudo notar de reojo a su derecha. Solo se había alarmado un poco, con intenciones de saber qué era aquello se dirigió a la cornisa con esperanza de poder ver que había sido aquello. Mas, sin embargo... No pudo conseguirlo, las luces de la nación estaban inusualmente más apagadas que antes.
<De seguro han de ser mas de media noche> Pensó Ukeire frotando su barbilla, dándole la espalda a aquella cornisa y alejándose de ella poco a poco, aunque desconfiado por un leve presentimiento de que lo estaban observando.
A aquel suceso ya no le había prestado mucha atención así que solo entro nuevamente a su casa, cerro la puerta y camino despacio en dirección a su cama. Tenia antojo de un bocadillo nocturno, pero el sueño le ganaba así que solo se dirigió a su habitación. Al entrar, noto que la habitación se encontraba igual de desordenada que antes. Aquellas paredes frías, aquel sentimiento de volver a estar solo y aquella mujer quien se llevo una parte de el luego de estar en aquella cabaña dejo nuevamente un vacío que atormentaba su mente y desesperaban a su corazón en la obscuridad de esa habitación, mientras que solo un pequeño resplandor de la luna entraba por su ventana e iluminaba cierta parte de su cama. Un extraño e incomodo dolor apuñalaba su corazón, como una daga que perfora la piel repetidas veces. Solo podía estar clavado a esa cama mirando fijamente el techo reviviendo una y otra vez en su cabeza aquella pelea con Tsuyo y sobre todo... Aquel beso tan candente y apasionado, no podía superar el hecho de que se hubiese tenido que separar de ella por la guerra que aun se llevaba acabo en esos momentos. Los pensamientos lo abrumaron tanto hasta quedarse dormido.

Dos elementos, Un solo CorazonWhere stories live. Discover now