QUE NADIE SE ENTERE

Día 2/Parte 1- ¡Ya somos 3!

NARRA KURAPIKA

El día anterior había estado pensando en la manera en que conseguiría enamorarse de la persona que más odiaba en el mundo, su enemigo mortal, a quien jamás le mostraría siquiera un poco de lástima, podía imaginárselo derrotado y su alma siendo arrastrada al más ardiente y cruel infierno posible donde no pudiera dejar de arrepentirse de sus pecados.

¿Pero eso de que servía ahora? si estaba acorralado y tenía siete días para demostrarle que le amaba, por mas que intentaba, no podía, Kuroro sabía en el lió que estaba el Kuruta, así que decidió ayudarlo para "facilitarle" las cosas.

El primer día había estado enviándole mensajes y llamándolo de vez en cuando para que se fuera acostumbrando a su voz, en cambio kurapika sentía ganas de vomitar cada vez que lo escuchaba decir su nombre, no podía sentir nada por él, mató a sus seres amados ¡a todos! y ahora tenía que dejar de lado ese odio para enamorarse de él ¿enamorarse de ese criminal? ¿cómo podía hacerlo? ¿y de qué manera sabría Kuroro que lo amaba de verdad? Tenía tantas dudas, inquietudes y preguntas que no pudo dormir en toda la noche lamentándose de su estúpida decisión.

— Seguro había otra manera de recuperar el nen aunque me tomara más tiempo, pero las cadenas son peligrosas en manos de ese sujeto, no puedo dejar que las tenga, por otra parte no quiero amarlo, no quiero sentir nada por él, no lo deseo, prefiero cualquier cosa antes que admitir que lo amo ¡maldición! ¡maldición! ¿en qué me he metido?

Cuando menos pensó, el sueño lo atrapó, descansó lo suficiente para perderse medio día, se levantó justo a las 12: pm, era muy tarde y lo peor... tenía 50 llamadas perdidas de Kuroro y 1 mensaje después de las llamadas.

— Maldita sea, bueno, que mas da, ya perdí medio día— abrió su bandeja de entrada y leyó el primer mensaje que había recibido, no se esperaba que ese mensaje tuviera un propósito, creía que eran insultos y reclamos por no haber contestado las llamadas. Tenía el contacto guardado como "MI AMO Y SEÑOR" porque Kuroro así le ordenó que lo guardara y más que los mensajes, el nombre de usuario era lo que le daba más pena.

Se acordó de lo que le dijo cuando le puso objeción —¿qué tiene de malo? si preguntan quien es, sólo respondes que es tu jefe, después de todo, sí lo soy.

En cambio el líder lo tenia guardado como "MI RUBIA HISTÉRICA" y punto.

Así el mensaje decía lo siguiente:

Hola, espero que estés pensando en mi, he visto que no dormiste en toda la noche, cuando despiertes leerás esto y deseo que me sigas el juego, te voy a hacer preguntas que debes responder y así permitirme conocerte mejor, espero que respondas todas sinceramente. Tienes todo el día para pensar en las respuestas.

— Hijo de... "quiero decir..." que apreciable mensaje de mi novio— le dolió cada palabra, cada silaba, cada letra que dijo para si mismo.

PREGUNTA 1: ¿Qué te gusta de mí?

— Nada— escribió con entusiasmo inmediatamente pero luego suspiró —"algo bueno debe tener"— se resistía a tener que pensar en él, pero debía hacerlo —"una vez leí que cada vez que repites una mentira, poco a poco llegaras a creértela, supongo que, debería funcionar"—
entonces borró el mensaje y reescribió — Tus ojos negros, me parecen agradables, relajantes, cuando te miro a los ojos yo... me siento... ¿diferente? — no se creyó ni la mitad de lo que escribió. Parecía mas afectuosa la primera respuesta que puso.

PREGUNTA 2: ¿Qué odias de mí?

—¡TODO!— gritó enojado, resonó en la habitación aquel grito, pero trato de calmarse, por medio de un mensaje no podía mentirle, no estaba funcionando, quería abandonar el trato, así que escribió un nuevo mensaje —ven, hablemos de frente— cuando envió el mensaje, no pasó ni un minuto cuando recibió una nueva respuesta en su bandeja, casi se infarta al leerlo, pues no era de quien creyó y le dolió cada palabra.