QUE NADIE SE ENTERE

Día 0.- Un sucio Trato

Continua el flash back del recuerdo...

Despertó en una habitación extraña, pequeña y con poca luz, solo había una ventana cubierta con tablones por donde solo pasaban un par de rayos de sol.

¿Ya era de día? pero ¿qué había pasado? recordó la noche anterior, la subasta, los ojos, la trampa... ¡Kuroro! ese desgraciado le había tendido una trampa, todo el tiempo había sido él quien apostaba por los ojos, sabía que lo seguiría para ofrecerle un trato y utilizó eso como señuelo para capturarlo, se enojó mucho al pensar en la forma tan simple en que fue engañado, miró a todos lados, había una puerta metálica cerca, la habitación tenía un aspecto descuidado, como si se encontrara en una casa abandonada. ¿La guarida de la araña acaso?

-Y ahora ¿dónde mierda estoy?- renegó levantándose de la cama donde había dormido, camino en dirección a la puerta pero no pudo dar 3 pasos cuando sintió algo pesado en el pie, un grillete, el cual estaba soldado a una cadena, una cadena de Nen que no provenía de él.

- ¿A dónde crees que vas?- preguntó desde las sombras, sentado en un cómodo sofá, lo había estado vigilando toda la noche. La cadena que tenía preso a Kurapika, era la suya. Intentó materializarla, pero era imposible, había perdido su habilidad nen y ahora le pertenecía a su enemigo.

- ¿Sorprendido?- se burló cuando vio que Kurapika tenia una expresión de terror en sus ojos, el rojo escarlata fue espectáculo para quien lo miraba tranquilamente en su rincón. -¿A que no te lo esperabas? no sabes como lo hice ¿verdad? seguro te gustaría saberlo antes de que te mate y termine con esto de una vez, ya no quiero ver como exterminas a los miembros de la araña.

- ¡Kuroro! ¡Liberame ahora!- forcejeaba en vano.

-Pero claro- lo libera y enseguida Kurapika huye de la habitación, Kuroro suspira y se levanta de su asiento -¿vamos a jugar al gato y al ratón?- va tras él fuera de la habitación y lo encuentra tratando de encontrar algo por las habitaciones -¿buscas esto?- le dijo mostrándole las cápsulas con los ojos de los Kuruta, eso sólo hizo que los ojos de Kurapika se encendieran aun más.

- ¡Devuélvemelos!- demanda el Kuruta.

- Claro, toma- le arroja los ojos sin cuidado alguno haciendo que el Kuruta se lance por ellos.

- ¡Imbécil! ¡ten más cuidado!- los atrapa y no los suelta ahora que los tiene.

- No quiero- se acerca a él y lo ata con prisión de cadena -pero seguro que tú quieres tus cadenas de regreso, las puedes tener, siempre y cuando hagamos un trato.

- No voy a hacer tratos sucios contigo.

- Tendrás que hacerlo y entre mas sucios mejor- lo mira desafiante elevándolo de los brazos con la cadena, aun así Kurapika no soltaba los ojos que había rescatado.

- ¿Qué dices? infeliz ¡ya suéltame!

- Ahora yo tengo el control de las decisiones aquí, ya te complací bastante dándote los ojos Kuruta sin cobrarte un centavo, los compre para ti.

- Maldito mentiroso, los iba a conseguir yo mismo hasta que apareciste con tu estúpida oferta.

- Bueno, creo que los ojos son tan valiosos que merecía la pena pagar una cantidad tan grande por ellos, pero imagínate lo que darían por un Kuruta vivo.

- ¡Deja de hablar o ..!

-¿O qué? ¿me matarás? ¿cómo? si tu ya no tienes nen.

- ¿Cómo diablos me lo quitaste?- exigió saber.

- Bueno, si piensas que lo hice con mi habilidad, estas equivocado, hice un trato con alguien más fuerte que yo para quitarte ese poder, es sólo que para hacerlo tuve que sacrificar algo mucho más valioso- se puso serio, pareciera que tuviera un poco de lástima en su mirada.