The Window. [Barbica]

Cuarta Parte.

Mica se despertó con la compañía de Barbara.

- ¿Te quedaste a dormir? - Preguntó a penas la vio preparando el desayuno. 

- Obvio, no iba a dejar que pasaras la noche de tu cumpleaños sola - Le sonrió. 

- No me acuerdo de mucho... ¿Me dices que pasó?- Se acercó a la mesada.

- Vimos cuatro películas anoche, cuando íbamos por la cuarta, Minnie me destrozó la espalda, nos besamos, cenamos, me fui, volví con tu regalo, y te quedaste dormida - Le contó - ¿Lo recuerdas, cierto?

- ¿Qué me regalaste?-  Barbara le señaló el sofá, Mica se acercó y vio un globo de nieve, de color miel, con un muñeco de nieve adentro. La castaña sonrió, se parecía al de Barbara. 

- Miel, de tu color favorito 

- Gracias - Se acercó a Bar y le dio un beso en la mejilla. 

- De nada

- ¿Y Minnie? - Miró a su alrededor. 

- La encerré en el baño

- Ey no, la voy a dejar salir

- ¡No, por favor no! - Suplicó. Pero Mica hizo caso omiso a sus pedidos. 

- Aw, mi Minnie - La alzó apenas salió del baño. 

- ¿Desayunamos? - Preguntó, mirando de mala gana a la gata blanca

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 - Gracias por quedarte conmigo - Ronroneó sobre su cuello, mientras la tomaba por la nuca y Barbara la abrazaba por la espalda. 

- No me agradezcas - Besó su frente - ¿Nos vemos mañana?

- Sí - Sonrió en sus labios - Te quiero

Barbara esta vez fue la que inició un nuevo beso. 

- Yo también te quiero

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  "Día 9", anotó, "miércoles 4 de febrero". 

Mica salió a regar, lo mejor de todo fue que no miró a las plantas, sino, a Barbara. 

Barbara pintó los ojos de Mica como si fueran el diamante más bello de todo el mundo.

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  Se estaban viendo todos los días, era más que una rutina salir de la universidad, o de la panadería y terminar en la casa de alguna. A veces se quedaban a dormir juntas, y otras veces no, pero lo mejor de todo era que cada vez tomaban más cercanía y confianza en la otra. 

Barbara estaba muy feliz cómo para expresar lo que estaba sintiendo.

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 Definitivamente a Mica le encantaba besar, y lo notaba cada vez que lo hacía.

De besos cortos y dulces, habían pasado a besos, a veces, feroces y molestos para la celosa Minnie.

A Mica le gustaría besar, pero Barbara amaba besarla. Se sentía demasiado bien como para ser real.  

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  Otro fin de semana con quejas de Pablo, era cierto que Barbara no estaba pasando mucho tiempo con ellos, ni siquiera en la universidad, pero toda su atención estaba en la castaña de sus dibujos.