🌟✩Los suaves murmullos de los recuerdos✩🌟 (♡Armin x Mikasa♡)

Realización

Ocurrió durante un entrenamiento en la ciudad principal de la Muralla Sina. 

La práctica que consistía en aprender sobre el manejo del inventario militar y la repartición de provisiones a civiles en caso de emergencia; para ello tenían primero que llevar los cargamentos de los carruajes hasta las bodegas y posteriormente hacer un inventario. Por supuesto, la ciudad era territorio de la Policía Militar, por lo que tendrían también que aprender a lidiar con uno o dos idiotas de turno.

Los cadetes habían sido divididos en dos equipos para que cada uno se ocupara de una de las bases de la Policía Militar; había una ubicada en el sur y otra en el norte. Armin y Mikasa habían sido asignados a la norte, mientras que Eren a la sur. Pese que a la muchacha de rasgos asiáticos no le agradaba la idea de estar lejos de su hermanastro, finalmente aceptó a regañadientes las órdenes de sus superiores.

La primer parte del entrenamiento era sencilla, solo debían cargar las cajas de provisiones hasta la bodega, sin embargo, Armin Arlert no destacaba particularmente por su fuerza física, por lo que esto representaba un reto para él y su integridad como soldado. Por el contrario, Mikasa no tenía problemas para cargar 3 o 4 cajas a la vez, dejando impresionados hasta a los soldados de élite de la Policía Militar. Aunque Mikasa ofreció insistentemente su ayuda a su amigo, éste se negó una y otra vez, argumentando que debía de aprender a desarrollar fuerza por su cuenta.

Las primeras veces fueron verdaderamente complicadas: Armin se tambaleaba al caminar y las cajas se le habían resbalado en más de una ocasión, ganándose así las risas y burlas de los veteranos de la Policía, los cuales "vigilaban" el desempeño de los novatos. No obstante, sus risas eran rápidamente silenciadas cuando la amenazadora mirada de Mikasa Ackerman se posaba sobre ellos y los hacía estremecerse en lo más profundo de su ser.

Cansado de las burlas de sus superiores, Armin decidió tomar una ruta alterna hacia la bodega, y aunque le tomaría más tiempo, prefería eso a soportar otro de los chistes de los inútiles de la Policía Militar. No era como si tomara en cuenta los comentarios de unos soldados borrachos y holgazanes, pero había llegado un punto en el que estaba demasiado irritado y fatigado como para tolerarlos.

El trayecto fue más agotador de lo planificado, cada paso se sentía como una tortura y hacía que su objetivo se viera cada vez más lejano. Durante el transcurso se topó con unos soldados recién egresados, todos portando el escudo de la Policía en sus chaquetas; eran altos y mucho más proporcionados que Armin. Debido a la notoria diferencia de complexiones, no fue sorpresa que por instinto se fijaran en él del mismo modo que un depredador elegiría a su próxima presa. Sonrisas maliciosas y descaradamente burlonas se posaron en sus rostros mientras se abrían camino para llegar hasta su siguiente victima.

-Disculpa, princesa ¿necesitas ayuda con eso?-preguntó uno de los chicos en tono burlón, recibiendo en respuesta carcajadas de sus compañeros.

-No, gracias. Puedo hacerlo solo-respondió Armin con desdén, haciendo caso omiso a sus evidentes intenciones.

Sin embargo, los chicos no lo dejarían ir tan fácil. Se acomodaron alrededor suyo, caminando riesgosamente cerca de él, pavoneándose con descaro y provocando empujones que justificaban como "accidentales". Eventualmente, Armin perdió el equilibrio y terminó dejando caer la caja sobre el pie del líder de los matones, el cual, después de soltar un leve grito y hacer una mueca de dolor, se tomó el accidente como una declaración de guerra y súbitamente arrinconó al muchacho contra una pared.

-¿Te crees muy gracioso, cabrón?-cuestionó el matón, escupiendo cada palabra con tosquedad. A pesar de que sus feroces ojos le advertían a Armin del peligro que representaba, el joven no se inmutó un solo segundo.-Hace un momento a duras penas podías sostener esa caja, así que no te quieras hacer el valiente de repente, porque si crees que puedes derrotarme estás muy equivocado.