Intermitente

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La simplicidad del momento,
el amanecer con sus rayos,
Huracanes a lo lejos,
que se acercan frenéticos.

Tres canes de marfil,
Uno de oscuridad,
Dos hembras sin vagina,
Y un macho que la imagina.
Aferrandose a la nada.
Elucubraciones
de un alma vacilante,
vigilante,
ansiosa,
inocua,
fugaz,
incapaz,
rapaz,
inconsciente,
incorporea,
¡¡¡LOCA!!!

Y me pregunto,
si algún día
encontrará tranquilidad
la musa de vividos colores,
en la casa de los vientos,
donde cada amanecer
es más oscuro
que el anochecer,
donde cada uno de nosotros
muere y renace
dentro de si mismo.
Donde cada puerta
Te lleva a otro destino.

Egos subdesarrollados
para un cuerpo desgastado,
maltrecho,
lánguido y cansado.

No debe estar preso
el gorrión que revolotea,
Herido,
sangrando,
confeso,
apuñalado por la indiferencia.

Su canción,
se dispersa en el tiempo
y en lugar de escucharle
se retrae,
se da vuelta,
le abandona,
no le importa
y solitario
vuelve el gorrión a cantar
desde su Nido,
en la copa del árbol,
pero las ramas,
por más que quieran,
no dan consuelo
al ave de alas rotas.

No volvió a volar
desde aquel fatídico día
en que su ansiedad
de ser amado
le impidiera ver las ramas
de aquel alto y frondoso Pino
que se interpuso en su camino,
en su persecución alemana
de un ciego amor,
indolente sentir
que lo dejó atrapado.

Efímeros PensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora