No soy suicida IV

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Cuando me di cuenta que ellos sospechaban que me drogaba, no pude más que reirme. Era lo mas absurdo, ¿de dónde carajos habían sacado una idea así?

Mientras me orinaba, camino al laboratorio para hacerme el análisis, recordé que había tenido una conversación con el chico en la que en modo de broma le mencionaba que necesitaba drogas para olvidar y ser feliz. Claro, nunca lo dije en serio y jamás había pensado realmente hacer algo asi. Pero ya pueden ver, que mi hermana y mi madre no usaron la misma lógica.

Les expliqué, pero no me creyeron así que les dejé probarlo por ellas mismas.

En el laboratorio me tomaron una muestra de orina simplemente, y al dia siguiente los resultados estaban listos. Obviamente, salí limpia. Pero después de la escapada y todos esos sucesos, había perdido hasta la última gota de confianza existente. Ni siquiera querían dejarme ir a la escuela sola, aunque al final no les quedó de otra que dejarme.

Verle la cara a él al dia siguiente fue bastante incómodo. Me preguntó pero no abundé mucho en el asunto ocurrido. Procuré parecer que yo estaba bien a pesar de todo, y que la había pasado bien todo el rato antes del incidente.

Sin embargo, el estado de depresión en el que me veía sometida aumentó gravemente. En el fin de semana, sola en mi casa, me pasaron mil ideas por la cabeza. Ya solo podía pensar en que quería encontrar una forma de acabar rapidamente con todo ese desastre. Y una idea brilló por encima de las otras como la solución a mis problemas.

Eres un caso perdido, solo estás logrando que tu madre se enferme del corazón, ella estaría mejor sin ti.

Sabes que no le harías falta a nadie, porque nadie te quiere. No tienes amigos ni te llevas con la familia.

Quizá a tu madre le duela, pero con el tiempo se recuperará...

Solo muérete ya. ¿Realmente tienes alguna razón para continuar viva?

Asi, poco a poco mi mente se llenó del deseo de morir. Llegué a planear el día, y la forma en que lo haría. Era un plan infalible.

Y dirán "En el título pone que no eres suicida". No, no lo soy, solo llegué a un punto en el que realmente no veía otra salida. Recuperar lo perdido me tomaría años, y nunca sería igual.

La noche antes del plan, hablé con él. Fue un error hacer eso para el plan, pero gracias a eso hoy estoy contando esta historia. Dicen, que el que dice que se quitará la vida, al final no lo hace, y es cierto. Mi intención no era contarle, pero al final se dió cuenta de lo que planeaba. Me dijo, que si yo me quitaba la vida, él lo haría también.

Eso me colocaba contra la espada y la pared. No quería ser culpable de su muerte. No quería que cometiera esa estupidez por mi culpa. Y le conocía, sabía que él era capaz de una locura así. Es del tipo de persona que no sabes porqué aun no han intentado desaparecer, que solo les falta una pequeña motivación. Justo por eso, tuve que desistir de mi plan. Vivir por otro y sufrir por otro, era mi única opción.

A la semana, mi madre organizó una cita con una psicóloga por mi cortada. Tenía los brazos llenos de marcas del alfiler, pero ella no lo sabía, así que asistí a la cita con un sueter. La psicologa, pensando que solo fue una cortada, me advirtió de que podría enviciarme de ello hasta el punto de tener que medicarme y bla bla bla. Al final la cita no sirvió de mucho. Cuando decidí dejar de lesionarme fue por mi propio deseo.

Si no iba a dejar de vivir, por lo menos tenía que cambiar algunas cositas en esa situación tan deplorable. Así que lancé lejos el alfiler. Era momento de enfrentar mi dolor de forma madura.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2017 ⏰

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