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//Sana

Entré a la clase muy nerviosa. No levanté la mirada del suelo hasta ya llegué a la mesa de la profesora.

- Bueno, señorita, preséntese delante de sus alumnos. -dijo la profesora dándome una palmadita en el hombro.

¿¡Que!? ¿¡Presentarme!? ¿¡Que digo!?
Cuando vivía en Japón si eras nueva simplemente te ponías al final de la clase y no te prestaban mucha atención hasta que te integraras. Ni siquiera había que presentarse. Dudé un poco, pero al final hice una reverencia y comencé a hablar.

- Annyeonghaseyo. Mi nombre es Minatazoki Sana. Tengo 20 años y vengo de Osaka, Japón. Espero llevarme bien con todo el mundo. -volví a hacer una reverencia y eché un ojo por toda la clase.

Era bastante numerosa. Pero había alguien familiar... ¡El chico del pelo anaranjado! ¡Y el moreno! ¡Y el castaño! Estaban todos en mi clase. Genial, simplemente genial. Tendría que aguantar lo ruidosos que son. Espero no meterme en ningún lío relacionado con ellos por que si no acabaré mal.

- Muchas gracias señorita Sana. Puede sentarse en el sitio libre al lado de la ventana. -asentí aún algo nerviosa pues todo el mundo me miraba, y me dirigí a ese sitio.

Justo al lado se sentaba una chica morena con flequillo. Me sonrió una vez me senté.

- Bienvenida Sana. Yo me llamo Jihyo, es un gusto conocerte. -dijo la chica. Era muy simpática.

- Gracias e igualmente. -ambas comenzamos a sacar los libros para la clase y préstamos atención. Aunque tenía mucho sueño como para centrarme en las matemáticas.

Además, notaba como si alguien me estuviera mirando todo el rato, pero siempre que me giraba no había nadie mirándome.

- Oh vamos Sana no seas paranoica. -me dije a mi misma.

Dos horas después.

¡Al fin terminó la mañana! Comencé a recoger mis libros y Jihyo volvió a llamar mi atención.

- Oye Sana, ¿que te parece si te vienes conmigo en el recreo? Te puedo presentar a mis amigas, somos un grupo numeroso. -dijo sonriente a la vez que se levantaba de su asiento.

Asentí contenta. Así conocería a más gente.

- Si claro. Muchas gracias Jihyo. -dije levantándome también.

- No tienes que darme las gracias, venga vamos. -me sonrió otra vez cogiéndome del brazo pasando rápido hacia la salida.

Cuando pasamos por la puerta pasamos delante de aquel trío de idiotas, y ya estaban silbando de vuelta.

- Parece que el grupo de las niñatas va a aumentar en número. -dijo el moreno. Jihyo se limitó a rodar los ojos.

- ¿Y que más te da eso a ti, Jimin? -respondió de vuelta. Los chicos rieron superiores.

 Los chicos rieron superiores

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✨ One in a million ✨//k.ty & m.snDonde viven las historias. Descúbrelo ahora