Capitulo Tres

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¿Alguna ves tus deseos fueron mas fuertes que tus pensamientos? Eso seria un si para mi, desde el dia que conoci a la chica sexymente arrogante, desee por tenerla a mi lado, costara lo que costara, pero habia algo que me detenia: mi subconciencia. Me decia que no -absolutamente no- porque ella es una chica y yo, bueno, tambien soy una chica. Nuestra relacion seria prohibida. Ademas, ella nunca se fijaria en una clase media como yo, y mucho menos se enamoraria de mi. Ella es perfecta, y yo la imperfecta. Ella es hermosa, y yo estaba destinada a la fealdad. Era asi de simple. Si hubiera sabido que terminaria enamorandome de una chica, hubiera sido mejor un hombre. Tal vez mi vida tendria mucho mas sentido de la que tiene ahora. Emociones revueltas, estomago lleno de mariposas, pensamientos incoherentes, deseos extremos eran la combinacion perfecta para que mi cuerpo se sintiera peor -mucho peor- de lo que ya estaba.

Necesitaba borrar de mi cabeza ese dia, ese en el que crei saber cual era mi sexo. Me gustan los chicos. No las chicas. ¿Por que demonios me siento tan extraña desde ese dia? ¿Por que esa chica me hace sentir especial? ¿Por que tengo dudas de lo que soy ahora? ¿Por que mi vida tiene que empeorar cuando crei que ya se estaba arreglando?

Desde que papa murio, mama sufrio demasiado que tomo la decision de mudarnos a Miami. Decia que tenia que ser fuerte, mucho mas fuerte que ella, para asi ayudar a mi hermanita a olvidar todo. Ella aun cree que papa sigue vivo, era demasiado pequeña cuando sucedio. Yo tenia 12 años. Era dificil pensar ser la chica del papa muerto y que todo el mundo te lo recordara. Mudarme aqui, evitaron esos pensamientos. 
Conoci a Dinah y desde ahi compartimos el tiempo juntas. Aunque yo no mejore con el tiempo, me converti en la chica introvertida que papa detestaba, la chica que se tragaba todo y que despues se desahogaba con sus lagrimas, sola, sin que nadien la interrumpiera. Siempre sufri por tener un vacio que nunca se llenaria, pero Dinah me ayudo a superarlo, hasta crei que no volveria a pensar en eso. Pero llego ese dia y volvi al pasado, volvi a revivir lo que tanto habia evitado: encontrarme sola otra vez y perder a la unica persona que me hacia especial.

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Era viernes, por fin, y hoy seria el mejor dia de mi vida. Hoy terminaba la semana tan estrasante, que habia vivido. Hoy no hacia tanto calor, y las nubes se dispersaban en un lindo cielo color azul brillante. Me arregle lo mas rapido posible y baje a desayunar. Decidi colocarme un bluson rosado y unos pantalones ajustados color negro con mis converse favoritos.

La cocina estaba envuelta en un fuerte olor a tocino y huevos revueltos que me revolvian mi estomago hambriento.

- Buenos dias - dijo mama alargando el “dias”.

- Buenos dias - dije sentandome a la mesa.

- Crei que Dinah te acompañaria a la escuela hoy - me paso un plato que olia totalmente delicioso.

- No siempre voy con ella, ma.

- Solo lo crei.

Mama pensaba que Dinah tendria que estar conmigo siempre. Y el problema, es que Dinah tenia una vida y yo tambien tenia una, una vida que estaba empeorando cada vez que los minutos pasaban.

- Muy delicioso - dije sobando mi estomago.

- Gracias -agito su mano, como si quisiera decirme: ¿en serio? yo siempre cocino delicioso.

Ay no, mi mama esta extraña hoy.

Me voy, se me hara tarde - me levante y tome camino a la puerta.

- Adios - dije y sali sin esperar su respuesta.

Prefiero estar en la escuela, que escuchar a mi mama presumir sus dotes culinarios.

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Las primeras horas fueron aburridas pero despues del descanso se tornaron interesantes. Mis dos ultimas horas eran con la chica misterio que aun no descifraba el color de sus ojos y que su nombre no habia sido mencionado por mi boca.

- Hoy intentaremos hacer algo nuevo - comenzo el señor westley - quiero que en mis clases tengan una pareja.

Perfecto. Lo que faltaba.

Yo las escogere - tomo su cuadernillo color verde, donde estaban todos los nombres de los estudiantes.

Mientras el nombraba las parejas, yo estaba perdida en la chica sin nombre que tenia al lado, muchas veces le nombraban el apellido pero no soy muy buena aprendiendomelos, lo unico que me importaba, en esos momentos, era saber su nombre, y el color de sus ojos. Siempre traia esos hermosos pero estupidos lentes oscuros, que combinaban con su ropa estilo "soy mucho mejor que tu".  A decir verdad, su esencia arrogante me atraia demasiado. Era la chica mala cuya vida solo gira alrededor de ella.

- Camila Cabello y Lauren Jauregui - regrese al presente cuando mi nombre fue mencionado - Listo. Esas son las parejas. Comience a trabajar.

¿Lauren Jauregui? ¿Quien demonios es ella? Mi nueva compañera, bruta. Oops.

Queria saber quien era ella, queria aclarar mis dudas, asi que, impulse mi cuerpo hacia el escritorio del señor Westley y atormentarlo con mis curiosas preguntas.

- Disculpe… eh… ¿Como dijo que se llamaba mi pareja?

- Lauren Jauregui - dijo sin apartar la mirada de su libro.

- ¿Lauren Jauregui? - pregunte.

- Exacto.

- ¿ Y…quien es? - le di paso a la pregunta que me llevo hasta aca.

- La chica que esta masticando chicle - señalo detras de mi.

Me voltee y dirigi mi mirada a la chica. Era la misma chica misteriosa. Solo que ahora ya no era un misterio. Tenia un nombre. Sabia su nombre: Lauren. Es hermoso. No podia creerlo, estaba emparejada con la chica que me hacia sentir cosas especiales, la que confundio mi sexo y ahora quiere enamorarse de chicas. 

- Vaya a trabajar, señorita Cabello - me saco de mis pensamientos.

Me costo llevar mis pies a donde estaba sentada, pero lo logre. Mi respiracion estaba agitada , mi corazon latia a mil y lo unico claro era que queria conocerla, hundirme en su mundo y nunca volver a salir, convertirme en algo importante para ella, descubrir lo que me hacia sentir diferente, encontrar la chica extrovertida de hace unos cuatro años, volver a sentirme amada…

Perfectly ProhibitedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora