Tres bebés, una mamá

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Disclaimer: Naruto es propiedad de Kishimoto. La historia me pertenece, escrita sin fines de lucro. Prohibido el plagio

Tres bebés, una mamá

Esos renacuajos del diablo, ¡se robaron su sostén rosa!

¿En que estaba pensando cuando se ofreció a cuidar de esos dos pequeños demonios? ¡Suficiente tenía con el suyo! Aunque no podía quejarse, Shikadai era tal cual Shikamaru, un vago dormilón, Inojin normalmente era muy tranquilo y Bolt se mantenía entretenido casi con cualquier cosa. ¿En qué momento se le ocurrió que sería buena idea cuidar de esas tres potencias estando juntas? Estaba bien que jugaran con las cosas de Shikadai en el jardín, en la sala, incluso permitía que hicieran de las suyas en la cocina, pero su habitación...era zona prohibida.

Recién salía de una necesitada ducha después de haber dejado a los tres pequeños totalmente dormidos o eso creyó.

Al parecer se me ha jodido mi buen cerebro—pensó mientras terminaba de cambiarse.—¿Cómo es posible que tres pequeños enanos de dos años me hagan esto?—la rubia gruñía y gruñía caminando por toda su habitación cambiándose y peinándose. Se giró para tomar otra prenda y sustituir la recién hurtada.

Abrió un cajón de donde podía obtener el muy necesitado pedazo de tela cuando notó algo, nada. Abrió otro, vacío. Uno más, otro más, un último...¡Nada! ¡No había rastro de su ropa interior!

—Esto es... —apoyó ambas manos en el último cajón. Toda su ropa interior había desaparecido como por arte de magia. Lo demás estaba ahí, blusas, vestidos, kimonos, todo en su lugar menos su ropa interior. Todo estaba ahí incluso la de su esposo—. ¿Qué clase de broma es esta?

Suspiró profundo.

—Tranquilízate, Temari—habló en voz alta—sólo tranquilízate—respiró profundamente y se tomó la frente.

Sólo poner un pie fuera de su habitación comenzó el caos. Por el largo pasillo haciendo un camino, un montón de colores y telas diferentes, rosas, azules, blancas y negras, tiradas por todo el corredor se encontraba su ropa interior. Caminó en trance recogiendo una a una las prendas. Unas estaban manchadas de colores, otras de comida, unas más de ¿Qué era eso? ¿Tinta? ¿Pero de dond...? Se apretó el puente de la nariz.

Se dirigió al comedor, encontró más ropa ahí. Un sostén que estaba lleno de cereales con leche como si fuera un tazón y unas bragas que al parecer sirvieron para limpiar la leche derramada. Caminó así por toda la casa, vagando por cada habitación recogiendo la ropa que encontraba ya fuera encima del televisor como las bragas de encaje negro que eran estiradas de lado a lado por la antena y los cordones que alguna vez pertenecieron a un sostén tirados en el patio, al parecer fueron usados como ligas elásticas para lanzar pedazos de comida que estaban regados por el jardín.

Después de la gran búsqueda termino con toda su ropa en la lavandería separando entre trozos, bragas, sostenes, ligas, elásticos, comida y tinta. Al final casi nada era rescatable, solo unas cuantas sobrevivieron.

Por su mente pasaban cientos de situaciones en las cuales su ropa interior fue destrozada de manera prolífica prácticamente en menos de diez minutos por tres pequeños niños de sólo dos años. Su cabeza estaba llena de imágenes, Inojin con un pincel y tinta pintando sus bragas, Boruto con tres clones de sombras estirando sus bragas...Shikadai con un kunai cortando las ligas. Iba a enloquecer puesto que sus pensamientos eran del todo imposibles.

¿En qué estaba pensando cuando dijo que sí podía con esas tres pequeñas almas juntas bajo el mismo techo?

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