- ¿Estas bien? -me pregunta mientras yo sigo atónita, y secándome las lágrimas por todo lo que acababa de pasar.
- Si, gracias. - le contesto, mientras el chico mira tristemente las heridas que me a dejado ese capullo.
-Y bueno que ¿me vas a decir tu nombre? - le pregunto impaciente por saber su respuesta.
- Oh... Por supuesto. (Suena un móvil) Losiento mucho pero me tengo que ir - dice el con cara de angustia mientras va directo hacia la puerta.
- Pero... ¿Nos volveremos a ver? - le pregunto impaciente por saber la respuesta.
- Mmm... Nose, supongo. - me dice el con cara de agobio. - Buenos adiós.
- Adiós. ¡Oye espera! ¡No me has dicho tu nombre! - pero el chico ya se había ido. Que chico mas raro pensaba mientras me acordaba de el.
Esa misma noche al llegar a casa, me duche y me fui a la habitación, mi madre pregunto repetidamente si estaba bien, pero no quise contestarle.
A la mañana siguiente desperté con mi cuerpo dolorido, me sentía sucia y estaba llena de heridas.
- No debería haber ido a esa maldita fiesta. -me quejo en voz alta sin que me escuchase nadie.
Me levanto de la cama con las pocas fuerzas que me quedaban.
De golpe sentí pánico al recordar que ese mismo chico iba ami instituto, pero decidí olvidar ese pensamiento y ir directamente a la ducha.
Eran ya las 10 de la mañana, hora del recreo. Estaba siendo una mañana difícil, había intentado evitar toda la mañana a aquel muchacho, y parece ser que funcionó.
Decidí salir a fumar con mi compañera Lidia, ya que teníamos 20 minutos hasta entrar a la próxima clase con el señor martinez.
Me encantaba disfrutar de esos momentos con ella. Lidia es la tipica amiga loca que te llevarias a cualquier parte, que siempre esta cantando y no para quieta.
- ¡Hey Tia! Te estoy hablando. - Me dice Lidia moviendo los brazos delante de mis ojos.
- Lo siento, me fuí. ¿Que decias?
- Te decia que voy un momento a comprarme una bebida. -me dice mientras veo que se aleja de mi.
-Vale, ¡no tardes!
Mientras espero sola, siento una sensación extraña, como si alguien tuviera su mirada clavada encima de mi, y de un momento para otro, siento una mano deslizándose delicadamente por dentro de mi jersey, y en ese mismo momento empiezo a sentir escalofríos y ganas de llorar.
Estaba aterrorizada y no quería girarme, pero al hacerlo...
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Dos Desconocidas Muy Conocidas
Novela Juvenil-Cariño lo siento mucho, pero tu padre y yo nos vamos a separar... -¿Pero por qué mamá? -mis ojos ardían por las lágrimas que estaba conteniendo -No hagas preguntas solo vámonos ya -me coje del brazo y tira con fuerza Me siento débil sin ganas de ha...
