No sólo cosas malas

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Ageha se sentía impotente. 

No había obtenido el papel en la obra, y había tenido que ver cómo el castaño era besado por Kuga frente a sus ojos; aunque como los días habían estado demasiado agitados para que Hoshitani pudiera poner atención en el beso, la victoria del de cabello morado no estaba asegurada. 

A Ageha nunca se le hubiera ocurrido que Kuga se adelantaría tanto en tan poco tiempo. No había llegado a tan siquiera imaginarse que tomaría la decisión de dar tan arriesgado paso.

Además de ayudar como pudiese en la obra, no había dejado de pensar cómo volver a tomar la delantera. Nayuki y Hoshitani se habían reconciliado, pero parecía que el de ojos claros ya no era un rival. Y como Tengenji y Tsukigami tenían sus propios asuntos juntos, los únicos problemas eran Tatsumi, junto a su perro leal, y el que había tomado la delantera.

No era una tarea fácil pensar en distintas cosas a la vez, pero eso no era lo que lo hacía sentir de ese modo. La razón de su impotencia actual era el haber arruinado la obra faltando tan poco para el final de ésta.

Todo el esfuerzo de Hoshitani parecía haberse ido en picada por el error que él había cometido. Intentando serle de ayuda al castaño, Ageha era el culpable de la lesión que tenía éste en esos momentos, la cual evitaba que pudiera continuar con la obra. La cual evitaba que pudiera cumplir el que antes le había dicho que era su sueño.

—Lo... siento... —las palabras apenas salían de su boca. Sentía como si todo se hubiera derrumbado a su alrededor en ese momento—. Todo es mi culpa...

—No es así —a su sorpresa, Tengenji tenía en manos el clavo que él había tirado. Tomaba la mano de Tsukigami mientras hablaba—. Yo hubiera hecho lo mismo de estar ahí.

El de cabello azul asintió, dando a entender que él también hubiera hecho lo mismo.

—Ageha —la sonrisa del castaño decía con claridad que no estaba enojado con el azabache.

Ageha no entendió primeramente la razón por la que esos dos hicieron eso, pero al ver que estaban tomados de la mano recordó que había sido gracias a él que ahora estaban juntos. Se había olvidado por completo de ese detalle, pero eso explicaba la razón por la que los había dejado de ver junto a Hoshitani todo el tiempo.

Su inicialmente impura acción ahora lo estaba salvando del error que había cometido. Las cosas no estaban perdidas. No por completo. Tsukigami y Tengenji habían vuelto a abrir esa puerta que llevaba hacia Hoshitani, tenía que aprovechar a como diera lugar esa oportunidad y enmendar su error.

Tenía suerte de que Kuga estuviera en escena en ese momento, y de que Tatsumi también estuviera ocupando un lugar importante en la obra. Apenas escuchó la alternativa que había intentado dar Nayuki, se apresuró en declarar que él tomaría el lugar de Hoshitani hasta Shadows&Lights.

—Imitaré al Yuta de mi interior a la perfección.

—No soy Haruto-san... —comenzó a decir el castaño, pero Ageha no lo dejó.

—No eres mi dios —«eres más que eso» quizo decir, pero no era el momento—, pero eres especial para mí.

Cuando pareció estar decidido, Ageha salió para que el chico perro le ensañara. Aunque, no pudo evitar echar un vistazo a uno de los únicos dos rivales peligrosos que le quedaban. Tatsumi.

La expresión de su rostro vacía, sin duda se estaba dando cuenta del lugar que tenía en ese momento.


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Bueno, disculpen la tardanza (en serio, perdón), aquí el posiblemente ante penúltimo capítulo

Gracias por leer, y espero que les haya gustado.

Nos leemos luego^^

El fugaz romance de la mariposa negra (Starmyu) (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora