Ellizabeth, ahora con una bendita sobre la rodilla, acababa de entrar a su casa, no sin antes cerrar la puerta de entrada lentamente con precaución de no hacer ruido — ¿Elly? —error, no sirvió de nada el sigilo.
—Sí, soy yo mamá —elevó la voz para hacerle llegar el mensaje a su madre, hasta la cocina.
—Ve a lavarte las manos, cariño.
—Sí, mamá —obedeció.
Al pasar frente a la cocina solo se le ocurrió cubrir el parche médico mientras trataba de caminar al mismo tiempo, encorvándose y haciendo más lento el paso. Todo en un intento fallido. Con suerte su madre no giraría hacia ella — ¿Qué haces? —preguntó la mujer que ahora se encontraba endulzando el zumo—deja de jugar Elly, haz lo que te indiqué.
Asintió y caminó rápidamente hacia el baño.
¿Por qué Elly no quería que su madre notara el parche? Porque entonces haría preguntas hasta descubrir el por qué ¿Y por qué serían malas esas preguntas? Porque entonces descubriría que Alex fue la causa, y Elly le prometió no decir nada para que así no sea castigado por su amado padre. Aunque eso no duraría por mucho.
Rossie apareció en el umbral de la puerta— ¿Qué te pasó, Elly? —preguntó ella conforme vio a su hija estirándose para poder alcanzar la llave del lavabo.
—N-nada... Me caí —mintió.
— ¿Dónde? —se acercó a ella.
—En el árbol, intenté treparlo y pisé mal—elevó los hombros.
Ni siquiera ella misma podía creer cuan rápido había creado la mentira, después de todo tardaba horas en crear una, especialmente cuando se trataba de su madre.
— ¿Por qué lo hacías? Pudiste haberte causado otros daños.
—Solo quería jugar —dijo con inocencia.
— ¿De dónde sacaste la curita?
—La madre de Alex me la dio —y en eso no mentía. Aunque la madre del chico sabía la verdad, a diferencia de la de ella.
Suspiró profundamente— De acuerdo, escúchame, quiero que tengas más cuidado la próxima vez ¿Oíste? No quiero que te vayas a lastimar por un simple juego. —Elly solo escuchaba; ahora su madre se comportaba muy dramática.
—Sí, entendí —contestó sinceramente con el más suave de los tonos.
∆ ∆ ∆
La concentración que Ellizabeth le prestaba al televisor fue irrumpida en su totalidad al escuchar pequeños golpes tras la ventana de su habitación.
— ¿Qué es lo que haces? —dijo ella al notar al pequeño tratando de escabullirse dentro de su dormitorio.
— ¿Te castigaron? —preguntó, ignorando las palabras de la chica como si hubiesen sido olvidadas entre las líneas del tiempo.
—N-no —respondió sacando todas sus fuerzas para ayudar a Alex a ingresar por completo a su recámara.
«¿Quién castigaría a sus hijos por un accidente tan insignificante?» Seguramente Alex habría sido el primero en responder «mi padre» ante aquel pensamiento.
—Habría sido más fácil tocar el timbre de entrada ¿Sabes? —dijo ella formando un triángulo con sus manos al rededor de su cintura, sintiéndose así–junto con la sugerencia–mucho más inteligente que él.
—No lo es para mí, no con mi padre tras de mí todo el tiempo.
—Que mal, odiaría tu lugar — «Yo lo hago» es lo único que faltaba afirmar por parte del chico, de no ser por la inmadurez de su etapa en crecimiento— Y tú ¿Terminaste de odiarme? —inclinó la cabeza dejando a Alexander sin palabras ¿A que se refería con eso? «¿Terminaste?» ¿Acaso había empezado algo y ni siquiera se había percatado de ello?
Se tomó el tiempo a si mismo para pensar la respuesta, sin duda, aquella pregunta sería digna de ser errada en un examen de preescolar.
— ¿De qué estás hablando? —dijo sin terminar de entender completamente su interrogación.
—Pensé que te caía mal, es todo —concluyó, lo que fue el punto exacto para hacerle reaccionar.
Había entendido el mensaje, era lógico que Elly dudara con respecto a su comportamiento. Después de todo le había humillado hace tan sólo unas horas ¿No?
Pero eso había sido «olvidado», al menos por parte de él. Ya que, no acostumbraba a guardar rencor.
—Creí haberte dicho que lo sentía.
—Es cierto... pero yo pensé que lo hacías por compasión —aseguró ella.
—Pues no —afirmó, examinó la habitación, aguardó unos segundos y finalmente confesó lo que quería, particularmente, al haber cruzado la ventana—Tengo hambre... —dijo observando el plato lleno de frituras que se hallaba al lado de la cama, lo que en la cabeza de Elly sonó a «¿Puedo comerme eso?»
—Sí, puedes comerte eso —respondió Elly a la pregunta en su cabeza, automáticamente Alex se encaminó hacia su cama, abrazando el plato para poder lanzarse a devorar las cosas.
—Mi padre irá a un viaje por dos días —dijo mordiendo algunas frituras.
Elly trataba de buscar la manera menos "grosera" de contestarle— ¿Y...? —si bien no lo logró la otra forma de decirlo pudo haberse escuchado como un "continúa", pero, no como ella lo mencionó.
—Mi madre dice que necesito amigos —confesó, confundiendo un poco las cosas para su nueva "amiga".
—Eso no es amable... —habló alargando las palabras con un tono infantil, no obstante la idea le hizo algo de gracia.
—No lo dijo con mala intención, creo—susurró lo último para si mismo—, entonces...ella quiere que te quedes a dormir hoy en casa.
— ¿Por qué? —se acercó a él bajando los brazos de la cintura
Elevó los hombros sin tomarle mucha importancia al asunto— No lo sé, sólo lo dijo —se levantó de donde estaba y le entregó el pequeño bol a Ellizabeth.
— ¿Qué? —preguntó abiertamente sin recibir el objeto.
—Ten, gracias...tengo que irme —caminó hacia la ventana y de detuvo justo entre el árbol y las persianas— Elly...
—Dime —le observó para mayor atención.
—No quise lastimarte ¿Sí?
La niña sonrió— Alex...
— ¿Qué...?
— ¿Podrías ir por la puerta? — «como la gente normal» pensó la pequeña aún manteniendo la sonrisa dibujada en su rostro.
—Hmm...no, preferiría la ventana
— ¡Alex! —le llamó por última vez antes de que se retirase.
— ¿Sí?
— ¿A qué hora se supone que debería estar en tu casa?
—No sé —respondió sin prestar atención, lo que en verdad rondaba por su cabeza era «¿En serio vendrás?» —solo ven cuando se haga de noche...adiós—de despidió y desapareció finalmente de la vista de la muchacha.
Lo que le dejó pensando, ¿en realidad Alex querría que ella estuviese allí? ¿O solamente lo hizo por obligación de su madre? Ellizabeth aún no sabía el por qué del cambió tan drástico que Alexander tomó con ella, siendo tan pequeño, las malas intenciones aun no estaban impregnadas en su mente.
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ALEX
Fiksi RemajaAlex tenía que aprender a cuidarse solo, nunca entendía la injusticia de su padre. No podía permitirse cometer ningún error, porque él siempre estaba allí, listo para alimentar sus miedos. Pese a todo esto intentaba crear nuevas salidas. Aunque su p...