Sentí como se aferraba más a mi, sus sollozos eran todo lo que se escuchaba en mi habitación, no me importaba que fueran las dos de la madrugada, él me necesitaba.
—Y-yo lo amo aún, soy un idiota—dijo un poco más calmado
—No lo eres, él es un idiota.No recibí respuesta, sólo sonrió y se dedico a besar mi cuello, haciéndome cosquillas.
—Si no fueras mi mejor amigo y no estuvieras con Minami, andaría contigo—dijo riendo.
Mis mejillas se sonrojaron al oír eso, yo estaba con Minami y le quería mucho pero ya no era lo mismo, pero tampoco quería hacerle daño.
Yuuri, ¿no ves lo que me estás haciendo?