Capitulo 4

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Me levante muy temprano para arreglarme para mi vuelo cuando tocaron a la puerta, cuando abrí vi a mi Jefa de cabina.

-buenos días... hoy no volaremos – me dijo

-¿Por qué?

-debido a una tormenta de nieve que hay en el aeropuerto al que íbamos – dijo y se alejo, cerré la puerta tenía un día libre y no conocía nada, así que era buena idea ir a conocer un poco

Recibí una llamada de la abuela Clara y sentí una punzada en mi pecho ¿Cómo demonios le diría lo de mi hermana?

-hola, mi niña ¿Cómo te va en Paris?

-hola abuela, me va muy bien ¿y a ti?

-igual como siempre, sola ¿has hablado con tu hermana? – lo menor que quería que preguntara y lo hizo.

-si ayer, pero prefiero decirte cuando llegue a América.

-por tu tono, parece que no son buenas noticias ¿esta ella bien? – para mi mala suerte ella noto que algo estaba mal

-ella está bien, de salud y todo, es algo con importancia pero no tan grave – le dije y ella suspiro.

-bien espero a que llegues entonces... te quiero mucho mi niña – dijo y sentí un nudo en la garganta cuando tranque la llamada.

Me arregle y Salí a desayunar, nuevamente mis compañeros me miraron con esa mirada de ¡aléjate! Y les hice caso me aleje, me senté sola en una mesa y pedí unos panqueques.

-no eres muy sociable ¿o sí? – apenas lo vi le sonreí

-no soy de muchos amigos, ¿Qué haces aquí? – le pregunte.

-bueno me hospedo aquí casualmente – arquee mi ceja y le sonreí.

-con que casualmente – le dije y me tome un poco de mi café – bueno me puedes acompañar en mi desayuno – le dije señalando una cilla, el se sentó frente a mí lo que me gusto porque así lo podía ver a la cara y tener más oportunidad de ver sus bellos ojos.

-¿y tu vuelo de 30 minuto? – me pregunto mientras ordenaba su desayuno

-fue suspendido debido a que hay una tormenta de nieve – el tomo un poco de su jugo de naranja el cual se veía muy fuerte.

-¿entonces estas libre? – le sonreí y asentí. – Bueno podríamos ir a conocer juntos las maravillas de esta ciudad, luego de que termine mi jefe algunas cosas – le sonreí y asentí.

-me encantaría aparte de que, no tengo ningún conocido o amigo aquí – el me sonrió, y disfrutamos de nuestro desayuno juntos, mientras mis compañeros de trabajos no dejaban de mirarnos.

-¿Cuánto tiempo tienes en la Aerolínea Jackson? – me pregunto mientras yo tomaba un sorbo de mi café.

-unos tres meses.

-entiendo, porque tus amigos no te tienen confianza – me dijo y lo mire confundida.

-¿según usted por qué? – le pregunte y él me sonrió

-ellos piensan que tú podrías ser mejor que algunos de ellos, quizás te temen por como laboras – el tenia razón, quizás por eso ellos me odiaban o me envidiaban, le sonreí, para que no notara que me había molestado un poco lo que él dijo.

-la verdad es que desde niña me encantaba la aviación, incluso sueño con ser piloto comercial algún día – duna de las cosas que aprendí de mi papa adoptivo es que la pasión siempre es más importante que todo. – Mis padres murieron en un accidente de aviación.- le dije y él me miro como si sintiera algo de lastima por mí.

-¿Cómo es que te gusta estar día y noche en un avión? Yo en tu caso estaría aterrado posiblemente traumado. – el tenia razón pero yo en verdad, no me considero normal, siempre me he dicho a mis misma, "los miedos debes enfrentarlo y convertirlos en tus metas superadas"

-mi mama siempre me dijo que es mejor enfrentar nuestros miedos a darle la espalda – pero lo que más me ayuda es recordar cada palabra motivacional que mis padres me daban.

-sabias palabras. – me dijo y le sonreí

-es mas la aviación no tiene la culpa de ningún accidente, a veces pienso que es mejor estar en el aire que en la tierra – sentí un nudo en la garganta, porque estar en el aire me hacia superar cualquier cosa, me hacía sentir inmortal, es como si me burlara cada día de la muerte.

Su teléfono sonó, el se disculpo y se levanto de la mesa, voltee y note que algunas personas no dejaban de verme, sobre todo las mujeres, prácticamente yo era la envidia de muchas en ese lugar por estar con alguien tan apuesto como Chris.

-bien, ya salgo para haya – presione el botón de trancar la llamada. – Bueno Alanna es hora de irme a mis labores – el me dijo y le estire la mano la cual el tomo y me dio una sonrisa.

-bueno señor Chris espero verlo pronto –le dije y el asintió, el se fue y entonces minutos después yo subí a mi cuarto.

La verdad es que mis días en parís fueron genial, disfrute mucho con ese hombre la verdad lo que más me gusto de él es que no es adinerado, odio a los hombres con mucho dinero porque creen que con su dinero pueden comprar lo que sea, el era normal como yo trabajaba para las personas engreídas vestía muy bien tenia clase y era extremadamente divertido, pero como siempre todo llega a su fin al volver a mi país estaba devuelta a la realidad, y mis miedos regresaban.


MISS ONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora