Capítulo 2

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Los estudiantes de la preparatoria Dupoint estaban terminando la semana de exámenes parciales del penúltimo corte del semestre. Particularmente en el aula de clase donde no sabían,coincidían los Héroes de Paris, todos tenían una cara distinta. Algunos ya tenían temblores mioclonicos del pánico que les infundía pensar en los últimos dos exámenes que no eranprecisamente de las materias favoritas de algunos.

 Física y Biología. Si llegabas a pronunciar esas dos materias especializadas por accidente dentro de ese salón sería el equivalente a ver entrar a un sociópata con una moto-cierra y una máscara hecha con la cabeza real de un puerco gritando que es el nuevo mecías y se llevara sus almas pecaminosas al limbo.

Los menos aplicados tenían un aspecto de no haber conciliado el sueño en días, los que más o menos le daban alcance a una nota media se concentraban en repasar todo lo quepudieran en las horas de descanso o antes de que el examen diera comienzo. Los aplicados prácticamente tenían las materias pasadas con una nota decente o un perfecto y redondeadocien puesto como sello en sus boletines escolares. Solamente había una persona en el salón con la última característica y se dedicaba a patearle el culo al akumatizado de turno ypracticar el modelaje en pasarelas. 

Las clases aun no daban inicio, pues el profesor de Biología venia retrasado, estaba lloviendo a cantaros esa mañana y el pobre diablo estaba en un embotellamiento. Mientras elprofesor Dubois blasfemaba contra el tráfico de Paris, sus queridísimos y aplicados alumnos estaban haciendo todo menos repasar. Tenían la insulsa esperanza de que no llegara a suhora de impartir clase. 

Nino desvió su vista un grado apartándola de su video-juego en su consola portátil para ver como Adrien a su lado estaba viendo al techo recostado del asiento con cara de que le vale un cuerno si el profesor llegaba vivo o no al salón, y movía los ojos de un lado para el otro como si algo estuviera escrito en el techo. El moreno alzo una ceja y vio de reojo el techo blanco del salón sin comprender. Ese día estaba haciendo frió también, pero era raro ver a Adrien usar colores tan deprimentes usaba un pantalón gris deslavado y algo roto y un suéter con capucha que obviamente no era de diseñador, era negro opaco y tenía la capucha puesta.

 ― ¿Estas bien bro? ― hablo el moreno y Adrien lo vio enseguida alzando una ceja con curiosidad. Parpadeo un par de veces y recapacito.―Si― dijo simplemente para luego dar un gran bostezo― No pasa nada Nino, solo estoy aburrido. El profesor Dubois debería levantarse más temprano y ver el primer boletín del climaantes de salir ¿Es que la gente que supuestamente trabaja no prevé cosas tan obvias? ― Nino alzo una ceja otra vez, viendo raro al rubio, el tonito despectivo de su voz no era usual enél, el de ojos verdes dio un vistazo a su reloj de muñeca y sonrió levemente― Nos quedan treinta minutos de ''clase'' iré a la cafetería por algo― dicho esto Adrien se levantó de su lugarde forma algo apresurada y salió del aula.

 ― ¿Adrien está bien? ― Esa fue Alya quien había estado todo este tiempo susurrándole casi a los gritos a Marinette que respirara por el amor a todo lo bueno y sacro en mundo y que siiba a pasar el semestre con notas decentes. La nombrada peli-azul tenia uno de sus dramas montados. Eso sí sin quitarle el ojo de encima a su amor platónico.

 ―Ni idea nena― se deslingo del tema sumiéndose de hombros― Las semanas de exámenes las ha pasado más fresco que una lechuga ha sacado cien en todas las materias. Ni siquierase para que vino― el muchacho moreno que jamás se quitaba su gorra roja puso una cara de incertidumbre y ''¿Es enserio?'' que fue hasta graciosa― justo ayer me dijo que el profesorDubois y el profesor Fontaine (encargado de impartir Física) le habían felicitado y el ultimo hasta le dijo que podía saltarse el examen de hoy. 

― ¿Ósea que ya aprobó física? ― Marinette sabía que Adrien era bastante bueno en esa materia, pero que ya hubiera pasado el primer corte sin presentar la evaluación final era deaplaudirse. La franco-chinesca vio la puerta por donde había salido el rubio. Había algo en su actitud, no solo su forma de vestir. A duras penas pensarías que era un modelo profesionalahora. Últimamente se estaba viniendo tan sencillo y casual por no decir desganado a la preparatoria que no se iba a sorprender si lo veía entrar un día en pijama y pantuflas, eso yestaba extrañamente...activo― Pues me alegro por el...― articulo entre sincera y preocupada a la vez.

Le Homme MortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora