YoonGi se despertó con un punzante dolor de cabeza. No sabía cuánto tiempo había dormido, tampoco recordaba nada de la noche anterior, solamente que todos habían ido a tomar al bar del hotel. Frotó sus ojos con cuidado, luego prosiguió a frotar sus mejillas. Sintió un frío metálico sobre estas. Desconcertado, miró su mano. En su dedo anular, había un anillo de plata (o eso parecía) con una fina línea azul. Se lo quitó de inmediato, no sabía de quién era. Lo examinó por un momento. Era un anillo bastante bonito, la línea azul tenía acabados preciosos, patrones que formaban espirales y se conectaban, era entretenido verlo. Le dio un par de vueltas, y luego miró más a fondo en el interior. Había una cosa grabada, escrita en coreano. Entonces se dio cuenta de que era el apellido de SeokJin. Kim SeokJin. Sobresaltado, se levantó de la cama. La cabeza de su novio invadía una pequeña parte de su almohada. Su brazo izquierdo sobresalía de la sábana y, en el dedo anular, también había un anillo muy parecido al que YoonGi tenía, sólo que la línea era roja. Con sumo cuidado, lo quitó de su mano e hizo la misma observación meticulosa. Este tenía escrito su apellido en el interior.
En busca de respuestas y muy agitado, YoonGi se dirigió a todas las habitaciones de sus amigos. Le pregunto a HoSeok, quien lo ignoró y continuó con su sueño. JiMin ni siquiera se despertó, al igual que JungKook, ambos yacían en un profundo sueño que no era posible despertarles aunque los sacudiera un par de veces. NamJoon le preguntó la hora, YoonGi dijo que eran las nueve de la mañana, y luego se tiró a dormir de nuevo. TaeHyung le respondió que no recordaba nada más que a JungKook cantando, y luego también regresó a su profundo sueño. Más enojado que abatido, regresó a su habitación, estaba decidido a sacarle la verdad a alguien. Su cólera aumentaba de manera gradual y rápida, acompañada del insoportable dolor de cabeza.
La cama estaba vacía y se escuchaba el ruido del lavabo del baño. Sin esperar mucho, preguntó:
—SeokJin, ¿qué recuerdas sobre la noche anterior?
—No mucho, ¿por qué?— escupió el líquido y se limpió la boca lo más rápido que pudo.
Esperó un momento hasta que Jin saliera del baño, se acababa de lavar los dientes. Con decisión, se acercó al menor para abrazarlo por detrás, pero este, sin muchas ganas de abrazar a alguien, esquivó el abrazo de manera tajante. SeokJin se quedó parado por un momento, sin saber por qué su novio actuaba de esa manera. Él sólo podía recordar algunas imágenes de la noche anterior, imágenes que parecían más un sueño lúcido que la realidad misma. En el sueño, él y Min YoonGi se casaban en alguna capilla en las afueras del hotel, sólo ellos dos, sin trajes ostentosos. Pero la cabeza le dolía tanto a causa del alcohol que, probablemente, todo fuesen ilusiones. Y eso lo pudo comprobar cuando revisó su dedo anular y no tenía ninguna clase de anillo. Tal vez YoonGi actuaba de esa manera porque estaba enojado, a veces, su novio podía ser muy temperamental.
—Quiero que me expliques esto— enseñó su mano y movió los dedos. En el anular, había un bonito anillo de plata decorado con una fina línea en tonos azulados. El corazón de Jin dio un vuelco, ¿acaso seguía soñando? No comprendía la situación del todo, y mucho menos comprendía el temperamento tan enfurecido del contrario.
—No entiendo— dijo con honestidad.
—Pasa, Kim SeokJin, que me desperté con un dolor de los mil demonios, me froté los ojos y había un anillo que yo no compré en mi dedo. Lo examiné, y tiene tu apellido grabado adentro. Luego revisé tu mano. Y encontré uno idéntico, sólo que este tiene tonos rojos— le entregó la joya enfurecido.
—La dualidad— murmuró SeokJin.
—¿Qué?
—Nada— se corrigió. Miró la joya con detenimiento, y, dentro de esta, ponía: Min. YoonGi le entregó el otro anillo, el cual decía "Kim". Jin sonrió satisfecho, parecía que el sueño tan extraño había sido real, y que, al fin y al cabo, la persona que tenía enfrente era su marido.
—Necesito que me digas qué recuerdas— le gritó, desesperado. ¿Por qué sonreía en una situación tan penosa como aquella? Lo último que le faltaba era un matrimonio inconsciente, y hervía de enojo por saber que eso le causaba gracia a SeokJin. O, peor aún, que se hubiera aprovechado de la situación para llevar a cabo sus planes raros. Min YoonGi no tenía ganas de casarse a los veinticuatro. El matrimonio era algo serio, no se sentía preparado.
—Bueno, recuerdo que fuimos al bar del hotel, tú terminaste muy borracho, pero yo también lo estaba. Decidí, dentro de lo que podía hacer, que regresáramos a la habitación antes de que tú te pusieras peor. Y luego no sé cómo llegamos hasta aquí sin perdernos, jugueteamos un poco, y lo demás es demasiado borroso. Como si estuviera soñando. Sólo recuerdo algunas cosas.
—No estoy de humor para que me mientas. Debió haber alguien consciente para hacer un trámite tan importante como este.
—¿Trámite? Son las Vegas, se casan siempre, YoonGi, sólo necesitar ir y decir que te casarás.
—Pareces saber mucho.
—Y tú pareces estar todo menos contento de haberte casado con tu novio de cuatro años.
—Estoy demasiado molesto— su voz se encolerizaba cada vez más. A SeokJin comenzaba a darle miedo aquella situación, pero, más que miedo, se sentía decepcionado. Porque él estaba tan feliz, pero YoonGi no podía aceptarlo, y se rehusaba y enojaba con él. Se sentía rechazado— Estamos en la cúspide de nuestra carrera y no tenemos tiempo para estas tonterías. Bien lo sabes. Aun así, se te hizo fácil. Y yo estoy muy molesto, porque no recuerdo nada y casarme es en lo último que pienso.
—¿Sabes? Dormimos juntos desde el debut, y pensé que al menos te agradaría saber que nos acabamos de comprometer. Te confieso algo: estaba pensando en pedirte matrimonio el siguiente año. Creí que era tiempo, e iba a ser una fiesta completamente pequeña, sólo para los dos, porque eso es lo que te gusta. Y yo me sentía tan feliz al organizarlo. Ayer, te juro que no recuerdo todo, y las cosas parecen un sueño para mí. Uno muy bonito— las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas, no podía controlarse— pero ahora apareces y me gritas como si yo tuviera la culpa. Los dos estábamos muy borrachos, y lo último que me acuerdo es que tú me pediste el matrimonio y no yo a ti. Cómo llegamos hasta la capilla, no lo sé, cómo regresamos, tampoco. Pero, en medio de toda la inconsciencia, estoy seguro de que ambos estábamos felices. O eso me da la impresión. Y los demás no tienen por qué enterarse. Siempre hemos sido así, hoy, por la mañana, sólo pensaba en darte un abrazo. Ni siquiera pensaba en que odiaría casarme, y, si hubiera visto el anillo, lo hubiéramos discutido de una manera menos colérica. Yo te quiero mucho, YoonGi, eso no es algo nuevo.
—Jamás me casaría con alguien tan poco talentoso como tú— dio en el clavo. Sabía lo que más le dolía a SeokJin, y lo había dicho sin pensárselo mucho. Solamente no sabía de qué manera reaccionar, y las palabras entraban, pero tenía resaca, estaba confundido, la cabeza le dolía demasiado, no podía pensar más que en gritarle a todos. SeokJin se sentó en la cama y cubrió su cara con ambas manos. Entre todo el frenesí, YoonGi no se dio cuenta de que se había puesto el anillo de nuevo. La línea rojiza resaltaba mientras movía sus dedos para limpiarse las lágrimas— Debemos terminar con esto— dijo ahora, de manera seca. SeokJin enjugó sus lágrimas, se quitó el anillo de la mano y se lo regresó a YoonGi. También le regresó el suyo. Comenzó a hurgar en la cama y, bajo la almohada, tal como en su sueño, estaban los papeles del matrimonio. Ambos habían firmado, pero ese papel no significaba nada. Se los entregó mientras le temblaban las manos
—Haz lo que quieras con esto— se vistió en silencio y luego salió de la habitación, azotó la puerta lo más fuerte que pudo. YoonGi se quedó sentado en la cama, mirando los papeles.
Kim SeokJin y Min YoonGi
Los observó detenidamente, para su suerte, había dos copias: una escrita en inglés y otra en coreano. Los guardó en la libreta donde escribía sus canciones personales, muchas de las cuales eran para SeokJin. También guardó los anillos. Sin embargo, esa fue la última vez que SeokJin le habló fuera del escenario. No volvieron a juntar sus camas para ver películas. Y raramente le cantaba cosas, así como solía hacerlo casi todas las noches. Incluso si YoonGi se sentía mal, SeokJin ya no estaba ahí para él, fingía no percatarse de su estado de ánimo. Además, SeokJin se la pasaba visitando la habitación de TaeHyung y NamJoon, mientras que YoonGi se sumía en la fría oscuridad de la noche, esperando a que las cosas se arreglasen. Cuando regresaron a Corea, SeokJin intercambió lugar con NamJoon y conversó la mitad del viaje con TaeHyung. Claro que YoonGi fingió que dormía, pero escuchaba todo, y eso le atravesaba el corazón como frías dagas lanzadas sin piedad.
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colored rings ; yoonjin
Short StoryDos coreanos ebrios en las Vegas, uno frustrado y el otro caprichoso, ¿qué podía salir mal? || Esta obra forma parte del proyecto MoreAllXJin / Breaking Laws! ||