La mala suerte no es tan mala, Jay ha podido hablar con el encargado de su reserva y nos han transferido a otra sucursal.
—¡Wow! Mira que linda —opino sobre la bonita habitación.
Mi novio me abraza por detrás y me sobresalto, susurra en mi oído.
—No más linda que tú.
—Ay, me harás poner roja —pongo una mano en mi mejilla.
—Hay otras cosas por las que sentirse avergonzada —me gira y lo veo a los ojos —aunque eso depende de la confianza que me tengas —se acerca a mis labios y lo beso, rodeo mis brazos alrededor de su cuello —entonces parece que no hay nada que nos pueda deten...
Se oyen dos golpes en la puerta... ¿Es broma?
—Ve a ver qué ocurre —le digo.
—Ignorémoslo —se acerca a mi boca pero vuelven a golpear, bufa y me suelta —ahora vuelvo... —abre la puerta —¿Sí?
—Servicio a la habitación ¿Necesitan algo?
—No, gracias —cierra la puerta y se acerca hasta mí sonriendo —¿Dónde estábamos?
Me abrazo a su cuello otra vez.
—En que confío mucho en ti.
—Mm eso me gusta mucho —nos besamos nuevamente y al fin mi espalda toca las suaves sábanas de la cama —y esto más —desabrocha los botones de mi blusa, uno por uno —mi linda Eri —me vuelve a besar y yo rodeo mis piernas en su cintura, quiero aferrarme a él cuanto antes.
—Jay... —. Dos golpes se escuchan en la puerta y siento que me titila el ojo —¡¿De verdad?! —saco mis pensamientos al aire —que insoportables —miro a mi novio —échalo y dile que no vuelva —ordeno molesta.
—Ya mismo —se ríe y se levanta, cuando abre la puerta se ve en su rostro sorpresa —¿Qué sucede?
¿No le dije que lo eché? ¿Qué pasa ahora? Me siento en aquella cama, para oír lo siguiente.
—Una fuga de gas... ¡Rápido, salgan rápido! —avisa el empleado y se va corriendo.
¡¿Qué?! ¡¿De en serio?!
Tiene que ser una broma.
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Hagamos el amor en...
HumorErika y Jay intentan tener su momento íntimo por primera vez pero...