III

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Él había tardado demasiado, Emma estaba creciendo, tanto física comomentalmente. 

Él estaba rompiendo todas las reglas, habían pasado años y todavía no semarchaba. 

Los niños crecían y los monstruos debían irse, esas eran las reglas, las malditasreglas. 

Él no iba a irse, quería estar ahí. 

Los monstruos se alimentaban del terror de su huésped, en este caso esa era otraregla que Él rompía, pues no se alimentaba precisamente del terror y tampoco del de suhuésped. Él se estaba alimentando de algo más fuerte y sagrado, almas, masespecíficamente, se alimentaba de las almas de quiénes lastimaban a Emma. 

Él no se arrepentía, y nunca dejaría de romper las reglas.  

La niña que conoció al monstruo bajo su camaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora