Volteé la cara hacia él y vi sus labios acercándose a mi con confianza. No sabía qué pensar: acaso yo le gustaba? Querrá algo conmigo o sólo quitarse las ganas? Debería besarlo? Debería apartame y decirle que no me gustaba?
Pero no pude actuar más que por mis instintos y dejarme llevar: lo besé apasionadamente, cada vez más, mientras agarraba su pelo y él mi cintura. Lo deseaba demasiado, no podía negarlo, pero no podía dejar que pensara que me gustaba, porque no era así, y seguía pensando lo que siempre pensé sobre las relaciones, así que de pronto me alejé bruscamente y lo ví a los ojos:
- sigo pensando lo mismo... Sobre las relaciones
- yo igual
- entonces?
- entonces qué?
- por qué me acabas de besar así?
- porque... Quería. La vida es muy corta linda, si no haces lo que quieres no la disfrutarás nunca como se debe.
- pero...
- qué?
- no te gusto?
- nah, pero hay que admitir que tenemos mucha química... Y ese cuerpo... Al menos con alguien lo tienes que compartir belleza, no te lo quedes para ti solaNo pude evitar ponerme completamente roja. Alex lo notó y me dió una sonrisa de lado.
- entonces... Amigos? - dije yo confundida
- nono... Amigos con derecho- dijo pícaro.Lo ví por un tiempo y accedí.
- y... Ahora qué- pregunté sin entender muy bien como funcionaba la cosa.
Sonrió entretenido y se acercó a mi de una manera que me volvió loca, me tomó por la cintura y me acercó a él de una manera brusca pero extremadamente sexy, juntó sus labios con los mios y los besos apacionados comenzaron a surgir de nuevo.
En un momento sentí que sus manos bajaban de mi cintura a mi trasero y lo apretaba mientras sentí algo duro en su pantalón. Me sonrojé y luego comenzó a besar mi cuello y a morderlo con suavidad pero de una manera dominante, como demostrándome que era suya. De repente me cargó tomándome por el trasero y me pegó contra una pared, siguió besándome y yo agarraba su nuca con mi otra mano en su espalda.Me bajó y me llevó hasta mi cama, donde me acostó y se montó encima mio. Comenzó a besar mi cuello y fue bajando a mi pecho, fue dejando un camino de besos hasta llegar a mi sostén, pasó la mano por debajo de mi camisa y por mi espalda y con su mano derecha desabrochó mi sostén con gran agilidad. Nunca me había sentido tan exitada en mi vida, no quería que acabara... Pero justo en ese momento, se abrió la puerta de la casa y entró mi mamá.
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Mi cuerpo te necesita
RomanceSarah ha pensado siempre que tener un novio es una perdida de tiempo, pero llega a su vida un hombre muy intersante: Alessio. Ella se siente magnetizada a él pero sigue creyendo en la estupidez del noviazgo, por lo que encuentra otra manera de acerc...