Una princesa inesperada.

Capítulo 1

~Dove Cameron como Scarlett Gaves.

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-¡¡Ring, ring!!- suena la alarma en la esquina de mi habitación.

Se preguntarán ¿por qué está allí?, y hay una respuesta realmente sencilla, soy de las personas que apaga la alarma y sigue durmiendo y eso no me facilitaba las cosas, más bien llegaba tarde a cualquier lugar, por ejemplo la universidad, ese lindo lugar donde si llego tarde me dejan entrar, me consienten y me dan café- Nótese mi sarcasmo. Por esa misma razón mi amiga Kate me dio la gran idea de pegar mi reloj al lado de la puerta y lejos de mi cama, si como leyeron, pegamos al piso mi reloj, así la tentación de traerlo sería mínima.

Me levanto lentamente pensando si es necesario ir a la universidad, pero recuerdo que si no voy sería una persona desempleada que viviría para siempre con sus abuelos, y créanme no sería una buena decisión.

No me he presentado aún, mi nombre es Scarlett Gaves tengo 17 años de edad, tengo un cuerpo esbelto, mido 1,57, si lo sé, soy muy pequeña, tengo el cabello rubio y lacio, mis ojos son un poco rasgados y de color verde, mi piel es blanca como la leche, mis labios son carnosos y mi nariz es respingada y para finalizar no tengo nada en especial, mi autoestima no es muy buena que digamos, pero igual no me quejo de lo que tengo.

Paso mi mirada por toda mi habitación y apago la alarma, veo la hora 7:50, voy temprano, esperen un momento, yo entro a las 8:00 en punto, me quedo como una desubicada durante unos minutos, luego de reaccionar, salgo corriendo por toda mi habitación y me resbalo por culpa de un calcetín.

-¡¡Demonios!!- maldigo al calcetín que se cruzó en mi camino.

Me levanto de un tirón y busco cualquier prenda que veo de primera, se podrían imaginar que tal vez encontré un short de tiro alto y una blusa espectácular, pero no, no señores, esto es la vida real, lo primero que escogí fue un pantalón café con una blusa fluorescente y mis pantuflas, Ajjj ¿por qué la vida no me puede dar una mano?. Vuelvo a escoger mis prendas, esta vez algo adecuado, un jean con una blusa de color morado claro, una bufanda blanca y unas botas de cuero, luego de un instante salgo volando al baño. No sé cómo, pero dure sólo cinco minutos en el baño, guaoo un gran récord para mí, me visto, y me hago una trenza de lado, ya lista miro el reloj, 8:01. Podría llegar normal, si viviera cerca de la universidad, pero no, vivo demasiado lejos de la facultad, que triste es mi vida.

-Scarlett, hay una chica en un Jeep que no deja de tocar la bocina, está buscando a alguien y creo que es a ti, ¡SCARLETT VAS A LLEGAR TARDE A EL PRIMER DÍA DE LA UNIVERSIDAD!- habló mi dulce abuela Satinna, y por hablar, me refiero a que gritó despertando a medio vecindario, como siempre ella tan tierna. Bajo corriendo las escaleras, y como si fuera obra de mi suerte, tropiezo en el último escalón, escucho una risa detrás mío, me volteo aún en el suelo y era mi abuelo Samuel que se burlaba de mi desgracia, maldito, lo observó sin gracia. Me levanto rápidamente y salgo corriendo hacia la puerta.

-Adiós abuelos- me despido vertiginosamente de ellos, cuando ya había salido escucho a mi abuelo decir.- ¿Abuelos?, que le pasa a esta señorita, ¿a caso piensa que habla con sus amigos?, mas respetico con nosotros Lett.- Al escuchar este comentario me burlo mentalmente, les explico, a mis abuelos trágicamente no les gusta que les diga "abuelos", es muy paradójico, por eso les digo Nanos, o a veces mamá y papá, solo que ahora tenía afán y se me olvidó por completo sus traumas.

Desde lejos veo el gran y hermoso Jeep de mi mejor amiga Kate Morgan, sus padres se lo regalaron cuando cumplió dieciséis años de edad, ella ahora con sus diesciocho recién cumplidos ama su auto como si fuera nuevo, hablando un poco de Kate, ella es hermosa, con su cabello castaño oscuro liso, su cuerpo de infarto, ella mide 1,75, es muy alta,tiene un rostro precioso, perfilado, ojos grandes y expresivos de un color azul cielo, nariz respingada y labios simétricos, ella en realidad es perfecta y la conozco desde que tengo cinco años de edad, Kate me conoce perfectamente al igual que yo a ella.