Capítulo 6:

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*1 mes después*

Por fin las heridas ya no duelen, mis manos aún tienen un poco de marcas y me molestan de vez en cuando pero nada que no pueda soportar, durante todo este tiempo Louis, Niall y Harry han venido diario a visitarme, Louis se empeña en hacerme reír mucho, y en la mayoría de los casos lo logra, Niall ha venido para saber cómo estoy y me lee cuentos infantiles, lo sé, es raro, pero me da ternura y Harry… bueno él viene a ver a mi hermana y a veces entra a mi habitación, también está al pendiente de mí y me cuida cuando mi hermana no puede, que es casi siempre. Una vez, Harry me estaba dando de comer en la boquita, lo sé, infantil pero no podía hacer nada, y “sin querer” me tiró la sopa encima y me quemó como diez veces la boca, es un completo desastre pero es un tierno desastroso. Dejando de lado un momento lo que ocurrió con mis manos, no he dejado de tener esos sueños, a veces sueño que juego con mis hermana y mis aparentes “padres” entran en el juego, otras hablo con “mi padre”, al parecer tengo cierta inclinación por mi padre que por mi madre. En fin, los sueños son cada vez más extraños, pero lo curioso es que sólo sueño de cuando era una niña, o al menos, parezco una niña, aunque me veo en tercera persona, es muy confuso, es como si yo estuviera en una escena en la que me miró de pequeña, es como si examinara los recuerdos de mi infancia que no alcanzo a ver claramente cuando estoy consciente y se manifiesta como sueños que sólo me confunden, pero son sólo eso, simples sueños.

Me levanté de la cama para ir al comedor y preparar algo para desayunar, ya que mi hermana había salido a hacerle un reportaje a algún famoso de los tantos que abundan en Londres. En fin, estaba sola, SOLA, y ese no era todo el problema, tendría que ir a la universidad yo sola, sin si quiera saber en dónde quedaba o cómo se llamaba, ya que no me había preocupado por ello hasta esta mañana, pensé que mi hermana me llevaría pero surgió este inconveniente, no tan inconveniente para ella claro, pero demasiado inconveniente para mí. Se me ocurrió llamarle, pero ¿y si interrumpo algo? Mejor no lo hice. Mientras desayunaba me cuestionaba el porqué de esos sueños, lo peor del caso, es que yo no era la clase de persona que le cuenta sus problemas a todo el mundo, yo prefiero ser más, cómo decirlo, íntima, sobre mis asuntos personales, no se lo contaría a cualquiera, ni siquiera tenía la seguridad de contarle a mi hermana sobre lo que me ocurre mientras duermo, era como la clase de cosas que es mejor callar, porque de otro modo te tirarían de loca. Terminé el desayuno y lavé la vajilla que había utilizado. No sabía qué debía usar, aún era temprano para ir al instituto y yo aún seguía en pijama. Pensé en usar un vestido pero, ¿un vestido? ¿Para ir a la universidad? Ni en un millón de años pasaría, al menos no en mí, sé que habría chicas algunas chicas que lo usarían, pero es una escuela, no una convención de zorras en busca de un chico con el cual pasar la noche, chicas así, degradan a las verdaderas mujeres y cómo alguna vez leí en un libro, no existen mujeres zorras, sólo zorras que se creen mujeres. Pasando de tema, yo estaba cada vez más nerviosa por hacia dónde ir y cómo ir. Para aclarar un poco las ideas tomé la ducha matutina de siempre, sentir el agua tibia recorrer tu cuerpo era muy agradable, sin exagerar, algo extremadamente relajante. Terminé de ducharme y me sequé el cabello, cuando terminé me debatía entre usar una blusa azul holgada sin mangas o una camisa gris con el estampado de mi banda favorita. El asunto de cuáles pantalones llevar ya estaba resuelto, se trataba de unos pantalones negros ajustados, y usaría mis all star blancas, nada ni nadie podía separarme de mis vans blancas, la cuestión era la blusa, ¿azul o gris? Tocaron el timbre, pensé que era mi hermana, pero luego lo dudé un poco ya que la entrevista seguramente tardaría, salí así tal y como estaba a mirar quién llamaba a la puerta, me asomé por la mirilla de la puerta y me encontré con alguien que hubiera sido agradable en otro momento, pero en ese instante, claro que no lo era. Yo estaba sólo con una tolla enredada en mi cuerpo, ni siquiera me había puesto la ropa interior, este no era un momento muy cómodo para recibirlo. ¿Pero qué podía hacer ahora? Le diría ¿“lo siento, estoy desnuda y no puedo atenderte en este momento”? Era más que seguro que no lo haría ni muerta.

El Novio De Mi Hermana (cancelada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora