Pensé que dejé de quererte.
Pensé que te había olvidado.
Pensé que tu risa ya no tenía poder
en mí.
Pensé que tu toque no me haría sentir
n
a
d
a.Pero te vi.
Te vi perdido en el pasillo.
Nuestras miradas se cruzaron
por un segundo, dos, tres...
y me sonreíste.Y caí rendida a tus pies
otra
vez.