No debemos tenerle miedo al amor, aunque al final nos mate, aunque nunca resucites, siempre entrégate a él. Por eso me entrego a ti, despacio. Como quien se asoma al abismo y siempre piensa mucho antes de siquiera saltar. Pero salto, siempre caigo en ti, es que me fascinas tanto que todo el desastre nunca me detendrá. Es por tus besos, por todos los suspiros que nos llenan, por la forma de unir nuestros cuerpos en este agobiante viaje al cielo, es porque llegamos al infierno, porque debajo de todo el amor sentimos el fuego que en cada susurro nos hace pedir perdón. No sé si eres la persona correcta, si soy yo quién esta equivocada, no se cuánto tiempo nos quedará juntos ni cuando se detendrá el amor, porque se detiene, créeme que si. Siempre llega un punto en el que decida tomar todas sus cosas y marcharse. Nunca lo he visto volver, que suerte que tú siempre regreses. Que mala cosa aquello de soltarse sin pensarse ya, de buscar en otras bocas las migajas que un día le entregaste a alguien más. Esto es el abismo, así es como se siente saltar; sientes aquello en el pecho que te hace desear terminar, aquello que no te deja siquiera pensar con claridad. Es el amor, aquello que cuando menos te lo esperas y de que forma mas cruel pasa a ser solo un pasado en tu vida, deja que se marche toda tu alegría. Son las mentiras, amor. Es que cuando ya no sientes fuego en tu corazón pero sin embargo te entregas y gimes, si. Porque te da miedo decir otro adiós, es no sentir calor, aferrarte a la nada que ahora se crea entre los dos.

ESTÁS LEYENDO
La tristeza es un hueco sin emociones.
PoesíaSomos fantasmas condenados a seguir sufriendo aun incluso después de la muerte.