Capítulo 1: La chica de Ravenclaw

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Llegaba nuevamente el esperado primero de Septiembre, el día en el que todos los estudiantes regresaban al colegio Hogwarts de magia y hechicería, los chicos más populares del colegio se hallaban reunidos como habitualmente en uno de los vagones más ocultos y alejados de cualquier otro, James Potter, Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew, disfrutaban de las travesuras tal vez más que cualquier otra persona en el mundo mágico, y como era de esperarse se encontraban enfrentados nuevamente a su hostil enemigo Severus Snape, quien era blanco constante de sus pesadas bromas y quien era principalmente odiado por James, sin embargo la aversión que le profesaba Sirius, su amigo más cercano era equiparable al que sentían mutuamente, allí estaban un año más con nuevos ofensivos encuentros.

-¡Eh Quejicus! ¿Todavía olvidas que existe el shampoo? No necesitaría usar el Hechizo Incendio para hacer arder la escuela, tan solo necesitaría tu cabello y una chispa para encenderlo- Dijo James con socarronería, Quejicus era el apodo con el que el grupo de amigos llamaban a Severus, quien era un chico sumamente pálido y de tez cetrina, de cabello negro y grasiento, pero principalmente algo retraído. Severus le dirigió una mirada de odio y se dispuso a continuar su camino, probablemente se encontraría con su mejor amiga pronto- ¡Eh no te vayas, quédate a jugar!- Exclamo James con tono divertido y Sirius le cerró el paso-Seré un buen chico y te ayudaré, si es que lo has olvidado-James sonrió aún más-Aqua eructo-dijo señalando con su varita a la cabeza de Severus y un fuerte chorro de agua se despidió hasta su cara haciendo que el joven mago se cubriera con los brazos, casi no podía respirar por la potencia del agua, Remus que era un chico tímido e inteligente no desviaba sus azules ojos del Libro reglamentario de hechizo curso 4∘, mientras Peter que era un chico un poco gordo y simplón miraba nerviosamente hacia los lados en busca de señales de algún profesor, finalmente Sirius un chico alto de cabello oscuro y ojos grises, francamente apuesto reía estruendosamente en la puerta del compartimiento en donde habían retenido a Severus.

-Detente estúpido animal- Dijo de pronto una chica de largo cabello castaño y ojos verdes, los avellanados ojos de James se dirigieron rápidamente a la chica al mismo tiempo en el que bajaba la varita, de pronto Sirius dejo de reír, Peter enrojeció un poco y los ojos de Remus dejaron el libro

-¿Quién eres?-musito James nervioso, se metería en problemas seguramente

-Sólo venía a cambiarme, ya que este se supone es un lugar tranquilo y entonces vi como maltrataban a Severus-Dijo rápidamente la aún desconocida chica que se había empapado un poco, todos lo notaron la piel crispada de la bruja al quitarse la túnica y ponerla sobre Severus, pronto sacó su varita he hizo un complicado movimiento con ella pronunció algo inaudible, probablemente un encantamiento porque pronto la ropa de Severus comenzó a secarse

-No has respondido- dijo James un poco irritado, no había podido molestar más a Severus, aunque posiblemente se habría librado de un buen lío

-Es Danielle-dijo de pronto Remus

-¿la conoces?- preguntó Sirius sorprendido

-Ambos escogimos aritmancia como optativa el año pasado, ocasionalmente hemos trabajado juntos y es, debo añadir, la mejor de la clase-Concluyó Remus haciéndole un gesto con la mano a lo que la bruja respondió con una dulce sonrisa

-Bueno, por mi parte ningún profesor se enterará de esto, dado que no paso a mayores y porque sé que Remus tendría problemas de notificarlo-Dijo Danielle y pronto tomo a Severus del brazo a la vez que lo conducía hacia la parte delantera del tren

-que chica más extraña- dijo Sirius al ver que estaba lo suficientemente lejos

-Brillante, pero sobretodo muy protectora incluso con los que no son de su casa, así que cuando estén con sus juegos vigilen que ella no esté cerca porque podrían lamentarlo-contestó Remus a la afirmación de Sirius

-La que podría lamentarse es ella, nadie me quita a mis presas-Dijo Sirius con expresión amargada-a propósito ¿a qué casa pertenece esa ñoña?-completó

-a Ravenclaw, ni siquiera notaste su corbata-contestó Remus decepcionado y volvió a posar sus ojos en el libro, dando a entender que no quería seguir hablando.

El legado de Canuto-Sirius BlackWhere stories live. Discover now