Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLE

Capítulo 19.

03:22 a.m. 20 de diciembre de 1992.
Distrito Dongan, ciudad de Anyang. Provincia de Gyeonggi, Corea del Sur.

El cielo estaba cubierto de nubes de tormenta, las cuales se iluminaban en intervalos de varios segundos debido a los relámpagos. Aún no caían gotas de lluvia, pero parecía inminente. El viento soplaba tan fuerte que podía provocar a las personas luchar por avanzar, pero no era nada más ni nada menos que una fuerte tormenta. Un automóvil de color negro y con vidrios polarizados se estacionó frente a lo que se veía como un edificio abandonado, donde nadie se atrevía a entrar, ya que era territorio de los khangpae, la mafia coreana. Hombres vestidos de trajes salían de allí, algunos portaban unos maletines y otros mantenían cigarros en sus labios, lo que les daba la apariencia de gánster que tanto provocaba miedo en los demás. Sus tatuajes eran visibles incluso entre la penumbra de la medianoche; llevaban dragones al estilo chino en sus manos, se lograba distinguir también formas, símbolos y piercings en sus rostros.

Ingresaron al edificio y avanzaron rumbo a un salón que conocían demasiado. Recorrieron varios pasillos, algunos con manchas de sangre y otros con señales de que había acontecido una pelea allí; sin embargo, ninguno parecía inmutarse ante dicha situación. Llegaron a un sector recóndito del lugar, observaron la gran puerta de metal color negro y entraron allí como si nada sucediera. Una mesa larga y rectangular se hallaba en medio de la habitación, con cinco sillas vacías, las cuales correspondían a estos hombres que acababan de llegar, quienes observaron a los demás presentes. Se podía sentir la tensión y sed de sangre en el ambiente mientras tomaban asiento, pues eran todos enemigos ahí dentro y de seguro alguno no salía vivo de allí.

—Muy bien, quiero hablarles sobre WBort05. Hemos hecho contacto con esta droga desde el año 1984 —un hombre habló—. Y me complace anunciarles que logramos hallar un portador para esta sustancia.

—¿Un portador...? ¿Eso significa que lograron el experimento sin que el sujeto muera? —se extrañó otro.

—Así es. Verán, su nombre de lista es 249 —dijo mientras una televisión sobre la pared se encendía y en la pantalla se mostraba a un bebé—. Pero ha sido renombrado Seokjin. Los yakuza lo criarán hasta que cumpla la mayoría de edad y pueda ser usado con fines de guerra o venta de WBort05. Este niño nos volverá ricos si todos cooperamos entre nosotros.

—Creo que estamos en desacuerdo ahora —habló alguien—. Yo no quiero compartir ningún centavo con algo que fue idea de mi familia.

—Park, usted siempre está en desacuerdo con todos —dijo el hombre mayor.

De repente, varios en la mesa tomaron sus armas, apuntándose entre sí y generando una tensión aguda en el ambiente. Aquellos que se pusieron en guardia se llevaron la droga de muestra que tenía cada uno frente a su asiento, listos para intentar lograr lo mismo que con Seokjin. El señor Park, de cabello azabache, se levantó de su asiento e hizo reverencia hacia aquel hombre, notando que los otros en la mesa lo miraban con total desprecio, llevándose también algo del WBort05 en su maletín. Allí, en ese lugar, habían tenido una reunión de pocos minutos las personas más influyentes, poderosas y peligrosas de toda Corea del Sur: miembros de la organización J.M.P. Sin embargo, había algo con lo que nadie contaba esa noche...

Los miembros del Dragón Dorado estaban a las afueras del lugar, esperando pacientemente por la señal de su líder, quien daría la orden de comenzar la emboscada. Ese día no solo secuestrarían a Seokjin, sino que también eliminarían cualquier rastro de WBort05, convirtiéndose así en la mafia más poderosa y en enemigos de J.M.P., la organización que quería acabar con todo el país. Esa droga sería la que generaría los conflictos más desastrosos en el futuro... y no funcionaba por sí sola, sino con el portador, por lo que Seokjin se volvería la persona más buscada de casi todo el mundo.