Capitulo 31:Harry D. Blew

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Llego una ambulancia a la casa y se llevaron al chico en una camilla, camine a su lado (o al de los enfermeros) hasta la calle, lo subieron a la camioneta y no supe más; no me permitieron ir con ellos. Tenía que buscar a Bianca para que me llevara lo más pronto posible. Ya era casi media noche y no habían autobuses pasando a esta hora.
Ya no estoy drogada, veía con claridad creo que todo esto hizo que se pasara rápidamente.
—no te preocupes, el estará bien —me dijo por detrás Isaac, por un lado agradecía que me hubiera salvado de aquel cerdo pero es una sorpresa verlo por aquí según entendí se mudó con su padre a Blackpool muy lejos de aquí.
—eso espero —hubo un silencio exageradamente incómodo —gracias por llegar de todos modos no se que hubiera pasado si...
—no importa fue una coincidencia —Issac era un chico de dieciocho años, capitán del equipo de no se cuantas actividades en el campus y además sus padres están muy bien posicionados económicamente, forma parte de los populares entre otras cosas que te llevarían a pensar que lleva una vida perfecta y así era.
—creí que no volverías de nuevo —apreté la mandíbula para disimular mi nerviosismo.
—eso era lo que tú querías nena pero estoy de vuelta —puso una media sonrisa inevitablemente me pareció encantadora.
—me parece bien, ahora sí me disculpas debo ir a buscar a Michael en el hospital —doble mi pasó al interior de la casa
—Charlotte —me volví— no se que fue eso que vi arriba pero ese chico no te conviene.
—tu eres el menos indicado para decir que me conviene y que no Isaac
—solo digo que el sufrió una sobredosis no es nada normal
—no te metas en mis asuntos ¿entendido? No necesito más problemas
—creo que ya tienes demasiados —levantó su vaso en el aire y luego le dio un sorbo.
Lo ignore, encontré a Bianca y a Martí se ofrecieron llevarme al hospital. Terminamos en el auto con  Ethan y Cassie que de algún modo se enteraron de todo.
—¿dónde diablos está ese hospital? —pregunto Martí con la vista fija en la carretera
—¿el hospital de Bristol? Tal vez en el centro —respondió Ethan desde el asiento trasero
—¿acaso nadie a ido al maldito hospital en su vida? —Bianca esta enojándose y poniéndose irritante
—tal vez debamos preguntar o algo —Cassie interfirió, la voz de todos se notaba nerviosa y me ponían a mi más nerviosa aún.
—son las doce, no hay nadie por aquí
—deberíamos conseguir un mapa —Ethan acomodo sus gafas
—que gran idea Ethan los mapas son para turistas estupidos ¿acaso llegaste a Inglaterra ayer? —Bianca contesto enojada
—solo intento ayudar pero al parecer no valoran eso así que váyanse a la mierda —saco sus cigarros de su suéter de lana
—no ayudas en nada pequeño sabe lo todo —dijo entre dientes desde el asiento del copiloto.
—maldita bruja —susurró el rubio con el cigarrillo entre los labios
—dejen de discutir por el maldito amor de Dios, Michael puede estar muerto —dije pasando las palmas de mis manos por mi frente.
—tiene razón...le preguntare a ese amable señor donde queda el hospital y llegaremos en menos de lo que canta un maldito gallo — dijo Martí
(...)
Entramos corriendo al edificio y pedimos noticias de Michael Clifford a una de las enfermeras. Por alguna especie de milagro había sobrevivido le inyectaron algo para re animar su corazón y el reaccionó a la medicina.

Michael estaba estaba descansando en alguna habitación del hospital, dijeron que las visitas eran de 13:00 a 15:00 de la tarde por lo que tuvimos que irnos. No regrese a la fiesta llegue a escondidas a mi casa.
Me preparé para dormir o al menos intentarlo pero justo antes de apagar las luces recibí una llamada en el teléfono de mi buró no estaba segura de contestar pero...¿y si es Michael?
—¿Quién habla? —trate de sonar relajada
—Hola preciosa habla Harry Blew —la sangre se me heló y sentí frío repentinamente
—¿Que quieres?
—solo llamaba para ver si sabes algo de Michael ya debió haber vuelto hace una hora y estoy preocupado —su voz era grave pero con tono sarcástico
—no lo he visto desde ayer —mentí— ¿para que lo necesitas?
—asuntos de trabajo, las mujeres no pueden involucrarse, tú entiendes de eso ¿cierto Charlie? —hubo un silencio en la línea— ¿y bien?
—ya te dije que no lo he visto desde ayer
—no sabes mentir linda pero no importa lo averiguaré por mi cuenta
—déjalo en paz —susurre
—así no funciona, buenas noches pequeña no olvides ponerme en tus pensamientos mientras te tocas —una risa estruendosa siguió después de eso, no pienso aguantarlo colgué el auricular y me metí en la cama.
Todo esto de Harry debe acabar ya.
(...)
Al siguiente día fui a buscar a Michael al hospital, dijeron que se había ido con su padre por la mañana, era el maldito de Harry de nuevo. Me asustaba tanto cuando ambos se juntaban, nunca terminaba bien.
Fui a la casa de su madre a ver si habían noticias de su ubicación. Era la segunda vez que iba a su casa y también que hablaba con su madre.
—no tengo idea de donde está ese pequeño adicto pregúntale a alguien más —se amarró la bata y se sentó en el sofá
—creo que está con Harry
—¿con mi Harry? Últimamente se juntan mucho esos dos
—como sea ¿no tiene ni una idea de dónde puede estar?
—te preocupas mucho por el déjalo volverá cuando deba —la mujer de unos 45 años desaliñada limpio las cenizas de la mesita de noche con la palma de su mano arrugada —¿lo quieres mucho?
—por supuesto
—el no te conviene no te hará ningún bien estar con el pequeña, quiero decir es mi hijo pero me di por vencida con el —cerro sus ojos por un momento —no va a hacer nada de su vida jamás —las arrugas en su cara blanca se intensificaron, tosió gracias al humo de su cigarrillo
—gracias por el sermón pero debo irme —doble mi pasó y patee los periódicos en el suelo
—no te escapes tan rápido Charlie —Michael entró por la puerta trasera
Al oír su voz me di la vuelta de nuevo, analice su rostro y me estremecí al estar entre sus brazos, me percaté de la presencia de Harry; fue lo que me hizo soltar a Michael.
—¡que bueno que estamos todos aquí reunidos! ¿no? —gritó Harry extendiendo los brazos y balanceándose de un lado a otro por la hedionda casa —hagamos algo divertido
—no creo que nos vayamos a quedar mucho Harry —Michael hablo
—¿Por qué no? Puedes quedarte todo el tiempo del mundo.
Su ebriedad era obvia y yo estaba asustada por lo que podía ocurrir debíamos salir de aquí rápido.
—quédate con tu madre, ya casi nunca la visitas —Harry tomo de la cara a la señora bruscamente y apretó sus mejillas
—oye no hagas eso... —Michael camino un paso hacia adelante
—¿hacer que? —tomo del cuello a la mujer haciendo que ella tragara saliva y cerrará los ojos.
—vamos Harry déjala en paz —pidió Michael
—Puedo hacer lo que se me de la maldita gana con esta puta que tienes por madre —el hombre de repente le dio una cachetada a la madre de Michael que resonó en toda la habitación, ella soltó un gritó y se arrinconó en la esquina del sofá.
Michael suspiro y se paró frente a Harry.
—Michael... —susurre
—¿vas a defender a tu madre de una vez por todas? —cabellos negros caían de su frente sudorosa y bronceada, se volvió a la señora y la tomo por el cabello haciéndola caer al suelo. El chico no espero más lo volteó por el hombro para después darle un golpe con el puño cerrado en la mandíbula. El disturbio empezó.
Duraron un par de minutos devolviéndose los golpes uno a uno. Michael tenía el labio roto y líneas de sangre al costado de su ceja por su lado Harry ya tenía un ojo morado y los nudillos hinchados y bañados en la sangre de Michael.
Yo gritaba que pararan, pero parecía inútil, estaban a punto de matarse y el que diera el último golpe sobreviviría, estaba a punto de interferir de alguna manera pero Harry no dio otro golpe estaba tendido en el piso Michael respiraba fuertemente encima de el, su pecho subía y bajaba las manos le temblaba y una capa de sudor cubría su piel. Se levanto y tiro la navaja ensangrentada al suelo
—¡Nooo! —aulló la madre de Michael casi rompiéndose la garganta y tirandose a un lado de Harry y tratando de alguna manera ayudarlo.
Habían al menos cinco puñaladas en su estómago, abrí los ojos como platos y sentí un nudo en el estomago. Michael estaba pálido, sus manos ensangrentadas me abrazaron por la cintura le respondí el abrazo hundí mi rostro en su pecho. Me alegraba tanto verlo bien, a pesar de la escena en la que estábamos
—¿lo mataste? —Susurre mirando a Harry que moribundo se aferraba a la vida.
—está bien linda, ya está.
Ninguna palabra salía de mi boca ¿el estaba muerto? ¿Ahora que hacemos?
—¡maldito lo mataste! —su madre gritaba desenfrenada y dolorida
Es increíble que lloré por el cuando la trata como basura.
Michael me dejo a un lado y se acercó con su madre.
—Madre lo hice por ti —se inclinó y trató de hacer que se pusiera de pie
Estuvimos más de una hora en la casa tratando de que su madre entendiera todo pero no dejaba de decirle a Michael lo estupido que era y cuánto lo odiaba y deseaba que se pudriera. Creo que al final acepto todo, la mujer tuvo que hacerlo.
Tardamos un par de semanas en asimilar lo que había pasado. No hubo mucho problema con la policia Michael declaró frente a una corte del pueblo y no le dieron sentencia alguna. Michael actuó por defensa propia y eso nadie los discutía. Harry Donald Blew era un criminal, traficaba drogas y armas, interfería con el sistema y ahora estaba eliminado por completo, a la policia le convenía que muriera.
Lo enterraron en el panteón del centro en una fosa común, nadie presenció el entierro ni siquiera la madre de Michael fue, partió solo.
Michael y yo podíamos seguir con nuestras vidas de alguna forma normales, podíamos seguir disfrutando de nuestro amor.
...
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