Capítulo 1

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Hay estaba ella la hermosa Katherine con su cabello castaño y su sonrisa coqueta, siempre atenta a cualquier movimiento ¿Y cómo no estarlo? Lleva más de quinientos años escapando.

—Buenos días señorita ¿Qué se va a servir?—Le preguntó el joven mozo, Katherine lo miró.

—Dame un café, sólo eso—El joven asintió y sonrio para luego alejarse.

Katherine sólo estaba de paso como siempre en unos cuantos días se iría de ahí. Ella tenía su sistema, muchos de los vampiros que lograron conocerla aseguraron que era una mujer astuta que sabía ocultar sus huellas.

¿Cómo lo hacía? Con cosas simples como ocultar su verdadero nombre, moviéndose constantemente, hipnotizando a cada persona que conocía y matando a las personas o vampiros que ya no le servían.

—Señorita aquí tiene su café — Dijo el joven con dulzura.

—Acercate—Le guiño un ojo al joven el cual acababa de cometer un error y tal vez el último.

—¿Necesita algo más?—Dijo mirando fijamente los ojos oscuros pero profundos de la mujer.

Quiero que me des el nombre de tu jefe—El joven sin saber el ¿Por qué? Lo dijo sin más.

—John—Respondió. El joven mozo sabía que su jefe no le gustaba que dieran su nombre, ni por un segundo. Pero su jefe cometió un error traicionó a Katherine.

Quiero que no recuerdes esta conversación y además quiero que al medio día vayas donde tu jefe y le digas que Katherine Pierce irá por él y después tienes que cometer suicidio haciéndote un tajo en la garganta con un cuchillo—El joven después de eso se retiró. Olvidó lo que "supuestamente" conversó la mujer, no se preocupó de nada y continuó con su labor.

Nunca le gustó hacer este tipo de cosas a las personas en el fondo envidia a los humanos...no la verdad no, ella amaba ser vampiro pero no le gustaba mucho hacer este tipo de cosas pero la supervivencia de ella es necesaria.

Pasaron unas cuantas horas y John el dueño del café, esta atareado de papeleo ya que en la tarde se iría de ahí pero antes tenía que dejar todo listo. En eso tocaron la puerta de su oficina.

—¡Largo que estoy ocupado!—Grito furioso.

La manilla de la puerta se movió y en eso entró su joven empleado.

—Katherine Pierce, ya está aquí y vendrá por usted—Lo que prosiguió fue que el joven saco un cuchillo y se iba suicidar, pero John fue más rápido y lo alcanzó a noquiar para que no cometiera esa estupidez.

—¡Maldita sea!—Dijo furioso John, él sabía que traicionar a la hermosa mujer era un error pero tenía una familia que proteger y además Klaus era mil veces peor que Katherine. Sabría qué vendría por él y ese era el plan atacarla cuando venga por él.

Pero ese era el error de muchos, subestimar a Katherine.

John ordenó a todos sus empleados que se fueran antes, el Cerro el café para luego irse a una de las mesas y servirse uno el mismo, habían dos guardias que Klaus envió para capturar a Katherine uno afuera del local y otro adentro, pero John no les tomó importancia. 

El guardia que se encontraba fuera del local estaba con todos sus sentidos Alertas. Él había sido creado hace un mes.

—De verdad Klaus ha caído bajo—Susurró la mujer detrás del hombre, el cual se le erizo algunos pelos de la nuca, su cuello se rompió con un rápido movimiento de la hermosa Pierce. No era tonta, sus sentidos decían que era una trampa, se le hizo sospechoso que el vampiro que Klaus envió fuera un novato.

(...)

Él hombre abrió los ojos y sentía un leve dolor en el cuello.

—¿Despierto?—reconoció que era una voz femenina.

—¿Dónde estoy?—Dijo muy débil.

—Te puse mucha verbena en tu cuerpo, pero aquí la que hace las preguntas soy yo— Sonrió la mujer. El hombre se encontraba amarrado con cadenas, él sospechaba que estaba en una cabaña y también que era de noche. La mujer hizo una mueca.

—Vamos a jugar, cada pregunta que contestes bien, será un pasé de que seas libre ¿Cuántos de ustedes fueron enviados por Klaus?—Dijo la mujer jugando con su cabello ondulado.

—Lo haré sencillo, Klaus nos hipnotizo para no decir nada—Él hombre decía la verdad, pero ha Katherine le importaba muy poco.

—John ¿Tú puedes responderme esa pregunta?—El hombre abrió los ojos como platos, al ver al viejo amarrado en una silla con la cara ensangrentada. Se suponía que debían cuidar ha John ¿Y su compañero? Se suponía que él era más fuerte que ella.

—Se lo que piensas y te responderé—La mujer se le acerco —Esta muerto—.

—¿Co-cómo lograste ma-matarlo?—Dijo muy mareado el vampiro, sabía que moriría.

—No te lo diré, pero esto te servirá como lección para tu otra vida— dijo poniendo sus manos en la cintura y caminando de forma provocadora —No puedes engañar a Katherine Pierce— Le enterró una estaca en el corazón y vio su vida desvanecerse.

John sabía que moriría también.

—De todas formas este era el único final, quiero que sepas que te traicione sólo para proteger a mi familia y lo haría de nuevo—Dijo el viejo.

—Sabes que con Klaus, hubieras acabado peor que conmigo— dijo Pierce, acercándose a él en un segundo.

—Él me busco y me amenazó, tienes razón...Pero debes de admitir que te ayude la mitad de mi vida me debes eso al menos—Katherine sabía que ese hombre al cual iba a matar era su amigo, quizás el único. Ella también sabía que cuando se trataba de Klaus no había plan b.

—Lo único que te ofrezco es un muerte rápida—Se cruzó de brazos.

—Quiero que rescates a mi familia—

—Imposible, Klaus mandará a sus mejores vampiros y quizás a una bruja—Dijo temerosa.

—Por favor, deja de pensar en ti...sólo esta vez...—él hombre la miró, John sabía como era ella, pero también sabía que ella era la única capaz de ocultar a su familia por muchos años.

—Veremos—Se acercó al hombre.

—Diles que los amo—Katherine le rompió el cuello.

(...)

La familia de John estaba compuesta por su esposa, su hijo Daniel de dieciséis años y su hija Elisa de doce años. Ahora estaban aun paso de morir, dos vampiros los tenían en el salón, la esposa de John gritaba de que dejarán ir a los niños.

—Silencio—Ordenó el que tenía voz aguda.

—Tu marido es un estúpido, él los metió en esto—Dijo la mujer de cabellos dorados.

—¡No es verdad! Papi no nos haría esto—dijo la pequeña.

El teléfono de voz aguda sonó, después de unos minutos de conversar, sonrió y le dijo algo en el oído a su compañera.

—Vamos a probar primero a la pequeña—La esposa de John saltó como una Leona a proteger a su hija, pero la rubia la tomó del cuello y lo rompió para luego lanzarla a quien sabe donde.

Voz aguda sonrió, pero su sonrisa se desvaneció al escuchar algo.

—Voy a ve...— No terminó la frase ya que la famosa Katherine le había clavado una estaca.

La de pelos dorados gritó furiosa y sus ojos cambiaron de color. Esta corrió hacia Katherine, la cual en un movimiento rápido saco su corazón.

—Nunca me agradó—Dijo La morena lanzando el corazón de la rubia a su cuerpo. Los niños miraban a Katherine espantado pero a la vez agradecidos.

—Que esperan...no pase más de quinientos años huyendo para morir hoy—Dijo Katherine Pierce.

Katherine no sabía del por qué se arriesgó de esa manera por la familia de John, pero algo estaba claro nuestra Katherine quizás no era tan "Villana" como pensábamos.

Katherine Pierce (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora