Félix es un bromista legendario que siempre consigue esquivar los problemas haciendo uso de sus encantos. Kendall una chica de promedio perfecto pero que ama divertirse de forma no muy...apropiada.
Gracias a su tercer broma pesada del año ambos qu...
— ¿Por que hiciste eso? — pregunté dejándome caer en el sillón más cercano.
— ¿Que? — preguntó el ojiazul pasando por detrás mío y entregándome una lata de refresco. — Detenerte antes de que lo matarás.
— Exactamente.
Nash soltó algo parecido a una risa y se sentó a mi lado. Abrí la lata con un movimiento casi mecánico. Ese chico era agradable, fue el primero y único novio de Kendall que me ha caído bien, tan bien que casi era mi mejor amigo, pero nos distanciamos y nada sucedió.
— ¿Por que lo hiciste?
Soltó la pregunta sin dejar de mirar su muñeca. Traía puesta una pulsera, no, no cualquier pulsera, esa pulsera. Kendall siempre ha querido ser "goals" con alguien, y con el lo era.
Esa pulsera se la regaló Kendall, la pulsera de el es el "Yang" y la de ella el "yin" y al juntarlos juntaban la esa bolita china. Si, lo sé, eran una pareja bien goals.
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— Se lo merecía.
— Y... ¿Por que se lo merecía?
— ¿Que esto es un interrogatorio? — Lo voltee a ver.
Nash levanto la cabeza y me miró a los ojos, wow, sus ojos intensamente azules si que hipnotizan. Su expresión era de seriedad y entonces su mirada cambio, unió el rompecabezas en su mente y sonrío.
— Haz estado enamorado de Kendall desde siempre.
Tome mi lata de refresco y le tome, no me la despegue de los labios aunque ni estaba tomando.
— Félix, contesta.
Para ser el ex de Kendall se veía...¿Feliz? ¿Como por que? Se supone que si descubres que a un chavo le gusta tu ex novia con la cual terminaste por un malentendido, no deberías sentirte feliz ¿O si?
— No, eso solo que...— lo mire de nuevo directamente a los ojos. Ok, puedo confiar en el. — Bueno si, algo, bueno mucho...¿Se nota?
Comencé a balbucear estupideces sin sentido y el chico comenzó a sonreír y tiempo después a reír.
— ¿Desde hace cuanto? — preguntó divertido.
— Desde que la conocí hace unos... ¿Cuatro...cinco años?
— ¡No mames, Félix! — grito sobresaltadome. — Desde hace cinco años y no le has dicho nada. ¿Estas estupido?
Probablemente
— Es solo que...Tiempo después de conocerla llegaste tú y luego Thomas...Nunca tuve la oportunidad y como el estupido de su novio lo dijo, nunca la tendré. — suspire dejándo la lata a mi lado. — Kendall solo me ve como su mejor amigo, nada más. Y no lo había entendido hasta esta noche, ese chico me hizo abrir los ojos.
