Fanelia

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Tu presencia,
me es indispensable.


La hermosa chica layla cruzó por aquellas enormes puertas, dándose cuenta que ya no había vuelta atrás.

Mucha gente importante miraba con asombró la llegada de la futura esposa del príncipe heredero amarath, una joven mujer con una inigualable belleza seria su futura reina todos parecían complacido, y entre las miradas se podían notar algunas muy lujuriosas, una de ellas proveniente de un apuesto chico en la entrada del salón principal, era muy parecido al príncipe amarath salvo por su notable juventud, ya que era al menos 4 años menor.

La chica caminaba con inseguridad mientras sus mejillas se sonrojaban, ella estaba acostumbrada a ser vista por mucha gente, pero se sentía muy avergonzada por el vestido que le hicieron portar, ya que este dejaba poco a la imaginación era demasiado revelador.

-Asi que tu eres layla, la prometida de mi hijo Amarath. -Pronuncio un hombre pintoresco de una forma muy alegre.

Layla miro a aquel hombre por unos segundos hasta que se dio cuenta que el era el padre de amarath, siendo así él rey de fanelia.

-Así es su majestad, me siento muy honrada de estar ante su presencia. -Contesto layla mientras daba una reverencia.

-Que dices, yo me siento muy contento de que una chica como tu este frente a mi. - Dijo él rey mientras se acercaba lentamente hacia ella. -En realidad estoy pensando anular su compromiso, que te parece si mejor te conviertes en una de mis mujeres.

Layla no pudo evitar ponerse nerviosa tras aquella proposición.

-Desde el momento en que te vi supe que no eras una chica cualquiera, no puedo evitar decearte. - pronuncio el rey mientras tomaba el brazo de layla haciendo que todos se sorprendieran.

-No puedes padre, esta mujer es mía deberás conformarte con tus 300 mujeres. - Reclamo el joven príncipe Amarath mientras apartaba la mano de su padre, tomando a layla entre sus brazos.

-Asi que ya estas aquí, todo esto es culpa tuya por no estar en la llegada de tu bella prometida. - Contesto el rey de una manera muy descarada.

-No importa mientras tengas presente que layla es mi mujer y no una de tus tantas conquistas. - Pronuncio amarath mientras se alejaba del rey con una mirada fría.

El príncipe junto a su prometida layla se colocaron frente a todas la personas ahí presentes, tomados naturalmente del brazo.

-Les agradezco de corazón su presencia ante la llegada de mi amada, se que todos están ocupados tras sus importantes trabajos, así que no quiero quitarles más tiempo, sin embargo les pido que la ayuden para que comience a acostumbrarse en su nueva vida. - Declaró el apuesto príncipe con una mirada firme.
-Y también pido que la acepten lo antes posible ya que esta es la persona a quien más amo.

Todos quedaron sorprendidos por aquellas palabras provenientes del príncipe Amarath, ya que este era muy conocido por ser frío ante cualquier situación.

Mientras la multitud miraba y conversaban entre ellos, el joven príncipe amarath pudo notar como su hermano miraba descaradamente a la hermosa layla, y sin perder un segundo tomo a la chica por la cintura, acercándola a su cuerpo y con rapidez busco su rostro robando así aquellos dulces labios, logrando una gran escena ante todos.

La chica quedo estática tras aquel inesperado beso, y sin pensar mucho solo lo miro y le dirigió una cálida sonrisa.

-Me alegro que por fin aya encontrado él amor su majestad, felicidades por encontrar tan bella flor. - Felicito un hombre mayor muy elegante, mientras miraba a la hermosa chica.

-Gracias ministro Glegorius, veo que al igual que yo tiene buen ojo para la belleza. - comento amarath.

-Jajaja, por supuesto, aunque la belleza de tu prometida es demasiado notoria, solo un ciego no podría notarla. - contesto glegorius entre risas.

-En eso le doy toda la razón jajaja. Pero ahora que por fin lo encuentro me gustaría hablar de algunos asuntos con usted.

- Claro, pero tu prometida no se sentirá incomoda con una conversación demasiado formal. - pregunto el ministro mirando a la chica que estaba un poco ausente.

-No se preocupen por mi, yo me retiro ya que él viaje fue muy agotador y deseo ir a descansar. - Respondió layla con mucha cortesía.

-Si me imagino debe estar muy cansada, entonces fue un gusto conocer por fin a la chica que robo el corazón de nuestro frío príncipe. - comento el ministro glegorius mientras besaba la mano de la hermosa layla.

-El gusto fue mio. - contesto layla con una cálida sonrisa.

-Entonces te veré después. - le dijo él príncipe a la hermosa chica, dándole un beso en la frente.

-Claro alteza.

-General mathius por favor lleve a mi amada layla a sus aposentos para que se instale, tengo algunos asuntos que atender ahora. - le ordeno amarath

- Entendido su majestad. - contesto Mathius con rapidez dando una reverencia.

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-Usted es muy buena con las palabras, a pesar de ser una simple esclava que duro 5 años sin hablar. -Le dijo el general mathius a la hermosa chica detrás de el.

-¿Comó es que sabes de eso?- pregunto layla muy intrigada.

-Yo se todo sobre tu situación y el plan de amarath, después de todo amarath es mi amigo, aunque pueda sonar un poco presuntuoso jajaja. - contestó mathius con su mano en la cabeza.

-Entonces, podrías decirme si tengo alguna posibilidad de sobrevivir aquí. - comento layla con una triste mirada.

-Posiblemente tu sola no puedas sobrevivir, pero no debes preocuparte mientras amarath este a tu lado, todo estará bien. - Respondió Mathius con mucha sinceridad.

-Tiene toda la razón general, ella estará bien mientras mi hermano este de su lado, pero ¿ por cuanto tiempo sera eso?. - Pregunto un joven que se acercaba a ellos, era el chico que se parecía a amarath solo que era mucho mas joven.

-Veo que le sigue gustando escuchar conversaciones privadas. - Declaro mathius muy irónicamente.

-Y tu sigues siendo un igualado, no tienes nada interesante que decir para robar mi atención. - le respondió él joven chico muy altanero, mientras proseguía con su camino.

-El era.....

-El es el principe Adonis, el hermano de Amarath, y te recomiendo que por el momento te alejes de él. - comento mathius mientras seguían caminando.

Después de aquel suceso el y ambiente se puso pesado y solo hubo silencio, mathius aun parecía molesto.

-Esta es la entrada al harem de Amarath, yo ya no puedo acompañarte, esta prohibido él paso a cualquier hombre, sigue tu misma y no te preocupes por nada, este es el lugar mas seguro en todo él castillo, nos veremos después. - le dijo Mathius mientras se retiraba.

La chica miro aquella puerta muy pensativa, que pasaría con ella de ahora en adelante, como conseguiría darle al príncipe amarath él reino de fanelia, como lograría sobrevivir en ese reino, tantas preocupaciones la rondaban y sin darse cuenta cruzo las puertas frente a ella.

Un nuevo camino se a abierto.

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Antes que nada mis disculpas por mi horrible ortografía, tratare de mejorar poco a poco.

Sigan esta historia ^-^

Cualquier queja o sugerencia no duden en comentar.

Hasta la proxima XD

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