✿ ✿ ✿ ✿ ✿ ✿ Flor ✿ ✿ ✿ ✿ ✿ ✿

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— Vamos, Error, di ahh~

— Vete a la mierda, Ink.

Todo había pasado tan rápido. Han convivido sin ningún inconveniente. Vaya sorpresa. Sin embargo, Ink vio que el glitch comía mucha comida “chatarra” en los últimos días y, aunque le agrade o no, le prohibió todo eso, y a causa de eso; Error le invito cordialmente a irse a la mierda.

Justo en aquel momento, le está dando un plato de sopa, y al gusto del esqueleto negro tiene mucho condimento.

—Anda Error, tienes que comer algo además del chocolate. —le sugirió la tinta, acercando la cuchara a la boca del contrario.

Éste se apartó, y negó con la cabeza diciendo:

—No. Está del asco eso. —dijo señalando el plato. Se levantó y se alejó, no mucho, de ahí.

El esqueleto blanco, frustrado, le dijo que dejará de hacer berrinches y comiera, pues no tolerará más eso. El destructor ni se molestó en contestar. Ink dejó el plato de comida en donde sería el suelo, abrió un portal y se marchó, sin decir nada.

—Es un estúpido. —dijo al aire.

Error vio una de sus marionetas tirada cerca de donde está. Una del creador, para ser exactos. En perfecto estado, como nueva. Se acercó y la tomó, la observó de pies a cabeza.
Aún recuerda la primera vez fabricó aquella marioneta con trapos y telas viejas, sólo para él.

—¡Wow! ¡Que lindo muñeco, Ruru! —halago la tinta.

—Es una marioneta, Kiki.

—¿Uh? ¿Y cuál es la diferencia?

El glitcheado se encogió de hombros, desinteresado, y siguió con su trabajo. Miraba algunas veces al creador y seguía con lo suyo. Al final acabó, una linda marioneta muy parecida a su amado.

—Kiki... Ten, es para ti. —le ofreció el juguete tímidamente, mirando hacia abajo con un sonrojo amarillo.

—¡Aww, Ruru! ¡Es bellísimo! Gracias. —agradeció para luego besar el pómulo izquierdo del contrario—. Algún día tienes que enseñarme a hacerlos.

—Y tu a dibujar.

—Algún día, bonito, algún día.

Qué fácil era su vida en ése tiempo. Sin preocupaciones, sin dolores y pesadillas, sólo risas, alegría y sueños. Sin embargo, no todo es para siempre. La vida le jugó una broma, le quitó todo. Y aún con lágrimas en sus pómulos sigue determinado a estar con él. Porque así es como lo sueña, porque el creé que están destinados a estar juntos. Que sólo falta que Ink lo acepte completamente, ya que cuando eran infantes, la tinta odiaba que destruyera todo lo que creaba.

—P-perdón. —dice el glitcheado, sin ver lo que había causado; unos cuatro dibujos arruinados y destruidos.

El contrario bufó, molesto dijo que no importa y que podría volver a hacerlo algún otro día.

—Sólo por favor no lo vuelvas hacer, ¿de acuerdo? —dijo la tinta recogiendo los papeles arrugados.

Aún recuerda toda la alegría que vivió con el. Las palabras, los abrazos, los besitos, las risas y peleas insignificante que tenían. Sabiendo que no todo es para siempre y aún así se confío y amó con todo su ser a aquél que nunca le amo, ni jamás lo hará.

¿Recuerdas cuándo te dejó por el? Lloraste tanto aquél día. Y el nunca se enteró.

Tocó sus falanges. Las flores ya habitan ahí ahora. De sus falanges pasó al fémur y finalmente a sus costillas. Su estómago gruñó. Vaya hambre que tenía. Miró el plato con aquel líquido que según Error es asqueroso.

No piensa hacerle caso. No en eso. Ya le ha obedecido mucho, no esta vez. Volvió a ver aquella marioneta en perfecto estado, teniendo ésa estúpida sonrisa. ¿Porqué aún la conserva? Fácil, porque es lo único que le queda del pintor.

Vaya dolor paso cuando lo vio y Ink ni siquiera se molestó en acordarse de el. Bueno, debió esperarlo. Pero de todos modos, le dolió mucho. Suspiró y dejó el muñeco en el suelo, o lo que sea, después de todo es el Anti-Void, y abrió un portal a cualquier universo, o por lo menos en el que tenga su preciado chocolate.



















































































Nuevamente,
está sólo y sin apoyo.


「Flor Marchita. 」 InkErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora