Prologo

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Amanecía en la gran ciudad, el sol apenas asomándose y llenando de luz a todos los habitantes de la gran ciudad, levantándolos para otro día laboral, un día ajetreado y común para está horrible ciudad. Una ciudad cuya taza de crimen está elevándose alarmadamente, llevándose al menos cinco personas al día. Apuntamos nuestra vista hacía un joven que apenas se levantaba. Un joven aperlado de un metro con setenta y cinco centímetros, color de cabello negro, estilo de cabello lacio, complexión entre lo atlético y lo normal, cuello ligeramente largo. Acababa de cumplir veinte años, tiene viviendo dos años en esta gran ciudad. Anteriormente era un joven granjero, con aspiraciones de conseguir un buen estudio que lo llevaría a un buen trabajo. Actualmente está estudiando una carrera en la universidad más prestigiosa de la región. "La real academia del estudio". Vive en un pequeño departamento de estado deplorable, grietas por aquí y por allá, con una pequeña cocina, contando con un microondas algo viejo, lava platos de estado decente, una estufa pequeña de gas medio oxidado. Claro, no podía costearse un cuarto de hotel pues no lo podía pagar.

Él joven aperlado de nombre Isaac se levantó algo apresurado, yendo a bañarse. Hay que agregar que el baño está de un estado demasiado decente, pasaba las reglas salubres, pero con lo anterior dicho, el baño podría ser uno de un hotel lujoso si lo comparamos con toda la basura que hay en el apartamento. Isaac se apresuró a bañarse, se puso ropa cómoda y se marchó para enfrentarse contra las adversidades que hay que enfrentarse en esta gran ciudad.

Tomando el camino de siempre, caminando por calles que hacían juego con la parte baja de la ciudad. Bajando por un subterráneo y tomando el metro para llegar más rápido, Isaac siempre contaba que a eso de las 6:30 AM es hora pico, por lo que trato de apresurarse a tomar un asiento. La gran ciudad no deja darte un respiro, es una constante lucha de supervivencia. Por ejemplo; en el metro sería una lucha por el asiento más próximo, seas mujer u hombre hay que luchar por el derecho de tomar asiento. Isaac se apresuró y tomo el asiento a lado de la ventana. Las luces del metro en ocasiones parpadeaban, el constante murmullo y a veces lloriqueos de jóvenes hace que el transcurso hacía el destino sea tedioso, Isaac rápidamente saco sus audífonos y puso música en su Smartphone, música tranquila para relajar el alma. Isaac cerro los ojos por un rato, dejándose llevar por la grandiosa melodía que tocaba su smartphone, despejándose del ajetreado mundo que lleva la gran ciudad, recuerda fragmentos de su pasado, fragmentos de cuando era más feliz y más alegre, fragmentos de cuando era feliz él y su familia en la granja en donde el nació y creció.

Un fuerte sonido proveniente del metro ajetreo un poco a los pasajeros, avisando o despertándolos para que ciertas personas agarren la salida de su destino. "Maracaibo" la primera estación. No es la estación de Isaac, de hecho, es la siguiente que venía. "George Washington" Al llegar a la estación, Isaac salió del metro. Una voz un robotizada hablaba por los alto parlantes.

- Estación George Washington. Tengan un lindo día.

Isaac simplemente frunció el ceño y continuó caminando. Había llegado a la zona alta de la ciudad, la estación George Washington se encuentra al norte de la gran ciudad. Isaac camino por algunas calles, llegando lo más puntual que pudo hacía su destino. "La real academia del estudio" mucha gente prestigiosa salía de esa universidad, gente con buenos títulos y buenos futuros. Había bastantes carreras para elegir. La que Isaac eligió es "Ingeniero petroquímico" Isaac tuvo un día de clases normal, manteniéndose un tanto alejado de gente problemática como lo sería el grupo de "Jack" él y su pandilla podría considerarse como los típicos muchachos cliché de una película universitaria. Todos ellos son jugadores de futbol americano. Una vez Isaac trato de llevarse bien con ellos, pero cuando se enteró de muchas cosas que ellos suelen hacer decidió tomar la inteligente y sabía decisión de tomar distancia. Él constantemente mantiene en considerable acercamiento a las personas que entran en su vida, pues en su pasado hubo algo que lo rompió por completo.

Un grito de ayudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora