-5- ayuda de terceros

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-5- ayuda de terceros

El menor escucho aquel grito desde la parte trasera de la casa y se apresuró a servir los vasos, usando una bandeja para llevar las cosas se encamino hacia el patio. Jaebum lo observo con el ceño fruncido, espero a que se acercase dejando las cosas al costado de la pileta donde el remojaba su pierna sana, aquella aun enyesada descansaba recta junto a la recién colocada bandeja

-no debiste traer eso, te dije que no te preocupes- Jae negó sentándose frente a él, le regalo una sonrisa de aquellas que empezaban a eclipsarlo mientras negaba ligeramente

-traje los bocadillos para que los comamos ¿Qué gracia tenia si los dejaba allí?

-podría haberte ayudado- vio al contrario inclinar la cabeza regalándole una mirada escéptica- bien, entendí, soy un inútil- corrió la vista hacia el agua cristalina sumergiendo parte de su mano y juntando agua en su palma con descuido- no quiero que vengas a cuidarme como si fueras mi niñera, no es necesario

-habíamos acordado que te cuidaría ¿recuerdas? Esto es parte de eso- la mano del mayor cayo sin gracia mientras lo observaba molesto

-no, venís a hacerme compañía, no necesitas comportarte como un empleado, eres...un amigo

-¿amigo?- Jae parpadeo viéndolo sin expresión- ¿me consideras tu amigo?- el mayor quería protestar, si ponía calificativos a su relación "amigo" era la más sutil y efímera de ellas, él quería ser su persona de confianza, quería ser aquella por la cual sonrisa, ría y se muestre feliz, quería ser la primer persona en la que pensase al levantarse en la mañana y la última antes de dormirse. Jaebum quería ser tantas cosas del menor, pero por algún motivo sentía que debería aceptar eso, era lo mínimo, lo más bajo, pero era algo, y él se moría por ser "algo" de su menor-

-me gusta pensar que lo eres, que lo somos- el menor se inclinó apoyando ambos brazos delante de su cuerpo y usando las palmas como soporte para inclinarse hacia el

-me encanta hyung, en verdad- y nuevamente le sonrió, era una de aquellas sonrisa que se expandían por su rostro dejando a la vista sus dientes perlados y disminuían el tamaño de sus ojos notoriamente. Jaebum se encontró suspirando inconscientemente ¿Cuándo comenzó a sentirse así por el menor? Empezaba a creeré que fue desde el mismo instante que abrió la puerta permitiéndole entrar en su vida

-deberías dejar de hacer eso- fue apenas un susurro pero el menor lo escucho, lo vio cambiar su expresión a una interrogativa mientras ponía su rostro de lado

-¿Qué cosa hyung?

-ser adorable, es un problema- esta vez un pequeño jadeo se hizo presente, para sorpresa de ambos proveniente del menor. Lo vio con sus ojos ampliados, sus labios comenzando a moverse como si pensase decir algo, pero ¿Qué? ¿Qué diría? Jaebum empezaba a arrepentirse de admitir aquello que tantas veces había pensado.

- ¡permiso!- el grito los alerto, se apartaron al instante viendo hacia la puerta que daba con el interior de la casa sorprendiéndose por el recién llegado, este los vio algo confuso, la curiosidad plasmada en su rostro- ¿interrumpo algo?- ambos negaron pero fue Jae quien se apartó poniéndose de pie, el mayor no pudo negar al incomodidad que eso le género.

-nada ¿Qué haces acá?- el rubio le sonrió acercándose hacia ellos

-perdón Jae, hasta donde sabia esta es la casa de mi amigo- el nombrado enrojeció avergonzado

-lo sé, solo, quiero decir...

-¿Cómo entraste Wang?- jaebum saco el pie de la pileta y uso la fuerza de este así como la de sus brazos para intentar ponerse de pie

Bendito yeso (2jae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora