kintsugi

Capítulo 0: Del amor al odio también hay un paso.

Un joven de cabello azabache iba caminando por el pasillo de la escuela mientras hablaba con alguien por teléfono, su voz se escuchaba triste y melancólica, pero su mirada reflejaba algo más.

-Ya te dije, Minako-sensei me pidió que me quedara para ensayar mi presentación después de clases...si, ya sé que hoy cumplimos 6 años juntos, pero no puedo hacer nada, sabes como se pone si llego a faltar una sola vez...haré lo posible para llegar antes del anochecer, esta bien, en serio lo siento mucho Vitya...si...nos vemos después.- Cundo terminó de hablar con su pareja, el joven japonés tenía un brillo muy especial en su mirada.

Este, por primera vez, le había mentido a su pareja, Viktor Nikiforov, el hombre más popular en la universidad, el cuál ha estado saliendo con el omega japonés desde hace 6 años... no quiso mentirle sin una razón, lo hizo porque era importante hacerlo, es decir, ¿qué persona le diría a su pareja que llegaría tarde a su hogar por la simple razón de ir por su obsequio de aniversario? para Yuuri Katsuki, esa fecha es muy importante, ya que también es su cumpleaños.

El jamás olvidará el día en que cumplió los 15 años...la confesión por parte del peliplata, fue sin duda alguna, el mejor regalo que pudo haber recibido. y de la misma manera, jamás podrá olvidar el día que lo conoció hace 11 años...el fue su primer amigo, y también su primer amor...

De manera un poco apresurada, llegó hasta una pastelería, la cuál era la favorita de Viktor, y compró los panqués que tanto le gustaban, junto con un pastel que había encargado con anterioridad.

Con paso rápido, llegó hasta el departamento que compartía con su pareja, pero al llegar, notó un olor extraño que abundaba por todo el lugar...un olor a menta flotaba en el aire...

Sabía que no era su aroma, ya que Viktor siempre le dijo que olía a fresas con chocolate; mientras que su alfa olía a un exquisito café recién hecho. Mientras se adentraba más y más al departamento, se intensificaba el olor a menta; y pronto se dió cuenta de que el olor provenía mayormente de la habitación que compartía con el alfa.

Al abrir la puerta de la habitación, se encontró con una escena que jamás olvidará...algo que destrozó por completo su puro y frágil corazón... ahí, en su cama, se encontraba su pareja destinada, con otro hombre...desnudos...teniendo relaciones. este hombre no era nada más y nada menos que uno de sus mejores amigos...Jean Jacques Leroy, también conocido como JJ, un omega que conoció hace 3 años...

Viktor no había notado las feromonas llenas de tristeza que su omega desprendía, este no podía aguantar más, no quería seguir mirando lo que sucedía...pero no podía moverse ni un centímetro...su cuerpo ya no podía soportar esto, a traición por parte de su pareja y uno de sus mejores amigos lo estaba matando por dentro, sentía como una puñalada en el estomago era enterrada profundamente al ver aquella escena. 

El pobre japonés de ojos achocolatados creyó que ya nada más podría ser peor...que equivocado estaba...

Viktor seguía con lo suyo, en ese momento al no notar la presencia de su pareja, continuó penetrando una y otra vez al omega canadiense, mientras que este gemía con fuerza su nombre. -Vi...Vitya... así...más...más fuerte...por..favor...- aquel omega le suplicaba al alfa por mayor atención, la cual no dudó en dársela. -A-Ah...J-Jean...eres tan...delicioso...jamás probé a un omega...como tú...

Después de un par de fuertes embestidas, el alfa de cabello platinado estaba a punto de terminar, no sin antes apegarse más al omega, y sin siquiera dudarlo, lo tomó de su cuello, y enterró sus dientes profundamente, mientras que Jean solo gemía de dolor y placer simultáneamente.

-AAAAHHH...VITYAA...- Yuuri no daba crédito a lo que sus sentidos veían y oían...quería creer que todo era un sueño, así que cerró los ojos y los apretó lo más que pudo...creyó que haciendo eso despertaría, pero se dio cuenta de que todo era verdad...al notar la cruda verdad no pudo hacer nada más que llorar amargamente...

Después de haber terminado el acto, y con un poco más de control sobre su cuerpo, Jean se dio la vuelta para poder mirar a su ahora alfa...pero nunca creyó que vería a su mejor amigo detrás de ellos.

-Y-Y-Yuu...chan...- dijo casi helado el pobre omega. 

el alfa, al escuchar el apodo de su pareja, por fin pudo notar las feromonas de ira y tristeza de su pequeño y tierno omega. Cuando lo miró a la cara, este no tenía expresión alguna en su bello rostro, solamente las ligeras marcas de lagrimas ya derramadas.

Viktor no sabía que estaba pasando, no podía creer lo que había hecho...había traicionado al amor de su vida...a la persona que amó desde la primera vez que se vieron...no sabía que decir, no buscaba la manera de explicarle a su omega lo que había pasado.

Cuando por fin Yuuri salió de su pequeño shock, caminó a través de la habitación, hacia un gran ropero que ambos compartían. El alfa no sabía que estaba pasando, pero al verlo sacar una maleta de aquel lugar, comprendió todo...Yuuri lo iba a abandonar, todo por ser un completo idiota...

C-Cariño...qué...estas haciendo?- preguntó con temor el joven alfa. -Que no es obvio?, me voy de aquí...sin mi podrán divertirse todo lo quieran...- Después de esas palabras, en silencio terminó de empacar la mayoría de su ropa y sin más, cerró aquella maleta. El no quería quedarse ni un minuto más en aquel lugar.

Aún quedaban muchas cosas suyas, como ropa, o material escolar; pero pensó en recuperarlo después. Antes de salir de la habitación, miró a ambos hombres, y sin decir una sola palabra, les hecho encima una mirada muy fría. Al llegar a la entrada, notó que la bolsa donde se encontraban los postres se hallaba en el piso, así que sin más, los tomó y con una gran fuerza se los arrojo a la cara a Viktor; quien se sorprendió de la actitud del omega.

-Toma tu estúpido regalo por 6 años juntos...será lo último que recibas de mi- luego, miró directamente a Jean, quien desde que lo vio no dejaba de llorar y pedir disculpas. Miró su mano izquierda, donde portaba con orgullo su anillo de compromiso, el cual ya no valía nada para el, lo tomó y se lo arrojó a sus pies. -Puedes quedarte con el, total a mi ya no me sirve para nada-.

Tomó de nuevo sus cosas y antes de salir los miró por última vez. -Espero y a ti si te haga feliz, Jean-. Y de esa manera, salió del departamento sin intenciones de volver otra vez.