"¿Dónde demonios estoy?". Fué lo primero que pensé con dificultad gracias a una gran jaqueca. Desconcertado miré alrededor mientras me paraba, luego de unos momentos de espera pude enfocar mi vista y me percaté de que estaba rodeado de un frondoso bosque con un estrellado cielo sobre mí, dominado por la confusión me dejé caer al suelo y un nuevo dolor, no precisamente en la cabeza, me hizo darme cuenta de que estaba en la banquina de una ruta. Frotando mis doloridas posaderas intenté recordar qué hacia ahí, sin conseguirlo intenté con quien era pero me encontraba con un gran trozo de nada, solo con mi nombre, Johan, ni siquiera mi apellido.
Aún tirado en el suelo revisé mis bolsillos y saqué unos billetes junto a una fotografía, apartandola conté seis billetes de alta denominación, por lo menos tenía dinero, me recosté en la húmeda ruta para dedicarme a evaluar mi situación: no sabía quién era, donde estaba, ni que hacía ahí, en conclusión: estaba jodido. Debía hacer algo así que decidí esperar algún auto o lo que fuera y pedir que me llevara al pueblo más cercano. Ahora que por lo menos tenía una especie de plan sentía mi seguridad más firme, tanto como un castillo de cartas, pero algo es algo.
Comenzé a caminar lentamente con la única compañía de la noche y el persistente dolor de cabeza, si continuaba me volvería loco, caminé durante unos cuantos kilómetros con la mente hecha un hervidero de pensamientos, se me ocurrió intentar ver la foto pero la luz de la luna no era suficiente para poder ver los detalles de ella, cuando me empezé a impacientar, una luz me iluminó desde la espalda y enseguida volteé, un auto se acercaba, le hice señas pero siguió como si fuera invisible, irritado seguí caminando, aunque debía admitir que no debería de tener una apariencia agradable y digna de confianza.
Luego de varios intentos fallidos y cuando empezaba a desesperar logré detener un camión, agradecido me acerqué mientras miraba alegremente al conductor.
-Hola, ¿que tal?-dije-, me podría llevar al pueblo más cercano.
-No lo sé amigo, acá adelante no hay mucho espacio.
-No se preocupe puedo viajar en el tráiler.
-Eres insistente muchacho-se molestó él-.
-Puedo pagarle-dije sacando un billete-no habrá ningún problema supongo.
Desconfiado tomó el billete y me llevó a la parte trasera, allí quitó el seguro mientras me alcanzaba un par de mantas y un farol a pilas, entré e intenté acomodarme como pude entre dos grandes cajas, el camionero me dijo que el próximo pueblo quedaba a 300 kilómetros así que me pusiera cómodo.
Escuché como cerraba la puerta del tráiler y luego encendía el camión, cuando empezó a moverse saqué la foto y a la luz del farol intenté reconocer a alguien de ella, estaba una mujer junto a dos niños, busqué en cada recoveco de mi memoria esas personas, al rato con la cabeza doliendo gracias al esfuerzo me rendí y decidí intentar dormir.----------------------------------------------
Hola, hola
Esta es mi primera historia así que disculpen que la parte sea corta, prometo mas adelante hacerlos masu largos, como soy un amateur en esto estoy abierto a sugerencias, apoyen con comentarios y votos, ¡muchas gracias por leer!
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La prisión de mi mente
Mystery / ThrillerJohan, un hombre como cualquiera. Se despertó en el medio de la nada, al borde de una ruta, con una foto y algo de dinero en el bolsillo y un gran dolor de cabeza. Lo único que recuerda es su nombre. Alguna vez tuvo una vida, pero, ¿como fue...