Caricias

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Camino por la calle con la carta en mis manos mirando el suelo, llego a la carretera para cruzar al cementerio, miro los vehículos y cuando veo la oportunidad cruzo, al llegar a la puerta está el vigilante sentado en la misma silla de siempre y con su mirada perdida, sin saludarlo entro y camino alrededor de lapida hasta llegar a la de Adrián, al ver su nombre las lágrimas empiezan a caer, ya ni me preocupo por quitarlas, espero que algún día se acaben. Me arrodillo en frente de la lápida y coloco la cartas con las demás, todas siguen selladas como las traje, unas ya están desgastadas por el sereno de la noche, pero hay siguen.

-Espero que las estés leyendo –musito acariciando con la yema de mis dedos el nombre de Adrián.

Las agarro todas en mis manos y empiezo a acariciar el papel, algunas lágrimas caen mojándolas. Así me quedo por unas horas, acariciando las cartas, dejando que las lágrimas fluyan y sintiendo el aire frío y pesado del cementerio. Cuando el sol se va ocultando coloco las cartas en su lugar y me levanto para ir a casa.

Cartas De Un Corazón FríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora