El chico de otra Tierra

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Después de haber hecho sus últimas investigaciones, Dante regreso a su oficina en su local Devil May Cry, donde lo esperaba Trish, que se encontraba maquillando.
- ¿Y bien?, ¿Has tenido una buena caza de pistas? —Dijo la mujer rubia mientras se miraba al espejo—
- Francamente... he tenido que ver a alguien que nadie más que yo conoce. —Dijo Dante que tras dejar sus pistolas Evony & Ivory en el escritorio— ese tipo ya no esta en este mundo.
-¿Cómo lo sabes? —Preguntó Trish tras maquillarse— ¿Cómo saber que ese tipo solo se oculta?
-Porque ese tipo aunque no puede vencerme a mi, busco a alguien que le proporcionaría el mismo poder. No es cobarde, pero tampoco es un tonto, ira por más poder para conseguir más de él. —Trish no se enteró de la referencia pero para Dante era claro que habían dos personas referidas en ese "él".  Su hermano gemelo y otro quién aún se contaba entre los vivos— Hablando de un "él", ¿Dónde se encuentra?
- Bueno, desde que lo comenzaste a entrenar a petición suya, no para de perfeccionar tus enseñanzas, "Maestro Dante", esta en su lugar habitual. —Dijo con una sonrisa—

Mientras tanto, un joven de blanca cabellera se encontraba en la playa, en una zona apartada justo a plena noche, usando ciertas armas, una brillante espada mecánica que arrojaba fuego al accionar el motor, un par de espadas de corte cierra azul y rojo que creaban tornados de fuego y una katana con la que hacía ataques veloces y precisos. Nero era su nombre y tan solo con 17 años de edad era demasiado diestro con arsenales que Dante tenía. Por su cabeza solo pasaba una idea: "Tengo que ser más fuerte, más veloz... ¡tengo que ser más poderoso!". Así iba hasta que fue interrumpido por alguien que aplaudía lento y flojo.
- Me gusta tu entusiasmo y que practiques fuera de horas Nero, pero tu eres más humano que yo, necesitas descansar Niño. —Dijo Dante que apoyado en unas rocas, se cruzó de brazos con su característica sonrisa—
- No puedo... desde lo de... no puedo dormir sabiendo que lo fui débil, que no era suficientemente fuerte como para detener a ese bastardo. Me come la culpa por la noches. —Dijo Nero tras re absorber la Yamato en su brazo derecho—
- Escucha, sé que te sientes así, se que desearias haber podido hacer más... —Se puso de pié con la actitud más sería— pero el "hubiera" no existe Niño, ya deberías de saberlo... eres mi sobrino. Un secreto que solo tu y yo en este mundo sabemos.
- No por ello te diré "tío", Dante. —Con el estrés y la ironía en su tono miro a dicha persona—
- Lo sé, te regalé a Agni & Rudra porque te interesaron y al parecer ellos a ti. Pero no vengo a decirte que solo te relajes, tengo un encargo para ti y solo para ti. Ni Trish, ni Lady, ni yo podemos cumplirlo, además tiene más valor personal para ti.
- ¿A qué te refieres? —Decía tras ponerse vendajes y un guante para ocultar su Devil Bringer
- Nero encontré pistas de ese tipo, pero tendrás que... ahmm, hacer algo que no te gustará.
- Eapera qué... —No terminó la frase pues fue noqueado por un choque eléctrico de Trish más un golpe en la nuca de Dante—

En otro lugar, una joven hermosa y pelirroja chica iba a donde su hermano la convocó para hablar de unos asuntos. Llegando el estudió de éste en la mansión de su familia, en el mundo de los demonios.
- Hermano, ¿querías verme? —Comentó Rias Gremory tras entrar a dicho sitio—
- Rias, hay algo de lo que quiero hablarte, hay cierto peligro desconocido que a venido en busca de poder. —El hermano mayor, Sirzechs miraba a la ventana con las manos tras la espalda para voltear a ver a su hermana menor—
- ¿Por qué me comentas de esto?
- Porque ese mal, ese hombre vino hace un tiempo a buscar poder, poder que podría obtener de los clanes de alto nivel como los Gremory, intento venir por mi poder y aunque podía plantarle cara, hoy no estaría aquí de no ser por cierto amigo, del cual dispondremos de ayuda de su parte.
- Hermano, no se qué piensas, pero no soy débil, ni mi clan tampoco lo es, si el enemigo aparece lo perderemos y evitaremos que se acerqué, además hay cierta energía que podría...
- ¡No seas imprudente!, admiro el hecho de que seas tan poderosa a tan corta edad y ser más sabía que muchos de los jovenes de tu edad, pero esta amenaza además de que solo yo la conozco, no es ni de este mundo.
- Si, entiendo hermano, ahora si me disculpas, me retirare. —Entonces Rias dio medía vuelta y se marcho de la sala—
Entonces entro Grayfia al estudió donde estaba su marido para darle cierto mensaje que hizo esbozar en su rostro una sonrisa.

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