Una vida normal.

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Una vida normal... Así es, eso fue lo que dijo mi padre cuando me informaron la decisión tomada, ¿en serio no se lo ocurrió otra cosa? creo que bastante dañada y madura para mi edad estaba ya como para que me pusiera esos pretextos... 

Se preguntarán porque tanto coraje en mis palabras, la respuesta es fácil, porque su mujer me ¡ODIA! era tan frustran te vivir bajo el mismo techo. Pero yo era sólo una niña que no sabe lo que es mejor para ella ... JA! menuda bobada.

Cuando recién comencé a vivir con mi papá, era mejor en el sentido que ya no veía a mi madre llegar borracha todos los días y dormía sin la preocupación de a que hora me tocaba darle el biberón al pequeño Dany.

Pero créanme cuando les digo que los demás era un martirio, a pesar de que Dany no era mi responsabilidad no podía dejar de pensar en él, digo tampoco es que no tuviera a nadie, ya que debido a que vivíamos en casa de mis abuelos pues ahora ellos se hacían cargo de todo lo relacionado con el bebé, pero aún así lo extrañaba, después de todo es mi hermano.

Bueno, la esposa de mi papá (María) no le agradaba mucho la idea de hacerse cargo de alguien que no era su hija, pero claro, eso mi papá no lo sabía.

Ella es lo que se dice, excesiva con la limpieza, y yo sólo era una niña que a pesar de la madurez con que veía las cosas, yo quería y necesitaba seguir jugando, divirtiéndome, pero no, para ella eso estaba mal. Al principio los golpes eran, normales, por así llamarlos, no pasaban de pequeños pellizcos o jalones de cabello, algo que yo creía normal, además que me amenazaba diciéndome que si yo le contaba a mi papá o a alguien más me pegaría más fuerte y yo por miedo nunca dije nada. Digo, ¿qué niño en su sano juicio quiere ser golpeado?.



MESES DESPUÉS...

Era un sábado por la tarde, mi padre ya había llegado del trabajo y nosotras esperábamos a que se calentara el agua para podernos bañar, los tres veíamos una película mientras comíamos chucherías, el problema fue cuando por accidente derrame jugo en las cobijas de mi cama, ya que sólo basto que mi papá fuera de nuevo a la tienda para que ella me pellizcará el brazo hasta sangrar y cuando llego mi padre de la tienda rápidamente me metió al baño diciendo que ya era tarde y nos teníamos bañar si no querían llegar tarde al compromiso; ya adentro del baño, ella me regañaba por llorar y para que no dijera nada al respecto, yo con miedo guarde silencio...










NOTA DE AUTORA: Disculpen si los capítulos son muy cortos o están mal redactados, comprendan que es la primer historia que escribo y no sé muy bien como hacer esto, además que el recordar todo esto me hace llegar a una época difícil para mi.

Por cierto, algunos nombres como el de mis padre o sus parejas serán cambiados por, no lo sé, pero serán los únicos personajes a los que les cambiaré el nombre, los demás se quedarán con el verdadero.

Inocencia Perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora