Inocencia Perdida.

Adolescencia.

Los años pasaron y todo siguió igual, golpes, insultos, y demás...

Pero todo me afecto de mayor forma cuando cumplí los 12 años ya que yo acababa de entrar a la secundaria y como le había dicho antes, no era lo que se dice bonita, era  muy bajita y no me crecían los pechos ni nada, súper deprimente. Comencé a cortarme en ciertas ocasiones ya que yo no le veía salida a lo que vivía, me presionaban muchísimo y María no me permitía ver a  Dany, mi mamá ni a mis abuelos, parecía que a nadie le importaba lo que yo pudiera llegar a sentir; lo único que esperaban ver de mi era que fuera excelente estudiante, buena hija y que siempre dijera que si a todo lo que ellos decidían agachando la cabeza!. Por más que me esforzaba en dar el 100% nunca era suficiente.

Recuerdo un dí cuando trataba de arreglarme para verme bonita la platica que tuve con María....

-¿Para qué tardas tanto en maquillarte los ojos si te ves peor? -bufó con frustración-

-Sólo quiero verme bonita, como cualquier chica de mi edad, no estoy haciendo nada malo! -protesté-

-¿Cuando entenderás que no eres bonita? Mira esa nariz demasiado ancha! Y con ese labial rojo sólo consigues parecer una prostituta! -dijo ella  con cierta burla-

-Con un nudo gigante formándose en mi garganta dije- ¡Sólo quiero verme bien! ¿porqué no puedes aceptar eso? -susurre a punto de llorar-

-Porque tu eres igual que tu madre, ¡una prostituta y ellas nunca se ven bien! Vas que vuelas para terminar como toda tu pinche familia, además con lo que traes puesto te ves gorda. -sonrío con superioridad- 

-Llorando apoyé la cabeza sobre mis manos y murmuré- Esta bien, ya entendí -dije con odio-

Y así, mis ilusiones y poca autoestima que aún quedaba en mí, se fue esfumando; ya no quedaba nada de la niña que algún día fuin ya no sonreía, para mí sólo era blanco o negro, no existían los grises...