Venda

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      Dulce venda compuesta de hilos de miedo y complejos, que yo misma tejí, coloqué y até fuertemente tapando mis ojos. Arrepentida traté de soltarla, aún que solo conseguía apretarla hasta que tus manos me tocaron el rostro con un cálido beso; cayó sola avergonzada por el sin sentido que la formaba. Aún me cuesta ver, llevo tiempo atrapada en esos hilos, solo ten paciencia a que mi vista se aclare; mientras tanto aún quedan puntos negros en mis ojos que me ciegan, no es sencillo. Es como cuando te levantas de tu oscura habitación después de dormir la noche y al encender la luz te das cuenta de que sigues oscurecido, hasta que te acostumbras después de un tiempo. Estoy recorriendo ese mismo camino, no puedo evitar de vez en cuando fruncir el ceño, pero te prometo que estoy bien, pues la venda ya no esta. Desde ahora me guias tú, gracias.

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