Enamorado de un heterosexual... otra vez ©

Capítulo 9 - ¡Maldito Graco!

--Me volví a equivocar... otra vez – me dije a mí mismo mientras dibujaba una sonrisa amarga en mi rostro. El triste sabor de la derrota lo percibía otra vez. Desde mi lugar, parado, sin mover un solo dedo, sentía como el viento mecía los cabellos sueltos que tenía en la frente ¡Qué estúpido soy! Pensé ¿Cómo ese niño tan extraordinario se fijaría en alguien como yo? Debía pensar que esa era la realidad... ¡Él tenía novia! Efectivamente ella es bonita, cintura fina, piernas deseables, cabello largo y sedoso, no había punto de comparación, sin embargo pese a aceptar mi error dolía, y mucho, los miraba besarse con cariño, el propio de los enamorados ¡No debo seguir siendo tan ingenuo!

Di la vuelta y René me vio llorar...

--¿Qué te ocurre Ken? ¿Te sientes mal? – se apresuró a preguntarme con cierta preocupación.

--No...– tragué saliva, era momento de fingir, de mentir de nueva cuenta, como casi siempre lo hacía – No, lo único que me pasa es que me emocioné por el triunfo – fingí una sonrisa que me costó demasiado trabajo formar.

--Sí, fue un poco difícil pero ganamos – René dijo dejando de prestar atención a mi estado.

--Son buenos en esto, la verdad mis respetos – dije con falsa emoción.

--Gracias, pero tú también eres parte del equipo – suspiró mientras recargaba sus manos en las rodillas – Por cierto ¿Encontraste a Ralph? – no, ¿Por qué me lo recuerdas?

--Eh... No, no lo vi, después lo felicito, debo irme – dije mientras sentía cómo las lágrimas se volvían a aglomerar en mis ojos.

--¿No vas a celebrar con nosotros? – preguntó sin creer que yo no fuera con ellos.

--No, ya sabes mi mamá me pidió que llegara temprano, así son esas mujeres – contesté intentando escabullirme lo más rápido posible.

--Bueno, pero deberías venir – ya casi me iba cuando una voz me detuvo, hubiera preferido no escucharla.

--¡Ken ganamos! – era el de la sonrisa encantadora, no pude evitarlo, más llanto se aglomeró en mis ojos

--Sí, felicidades – se me entrecortaba la voz

--¿Estás llorando? – me preguntó al escuchar la inconsistencia en mi voz.

--De felicidad – traté con todas mis fuerzas mantenerme ecuánime, pero por dentro sentía derrumbarme cada vez más.

--Le dije que nos acompañara a celebrar pero no quiere – argumentó René.

--¡Anda, ven! Te vas a divertir – desde el momento en que el chico de la sonrisa de ensueño llegó me mantuve de espaldas, no deseaba verlo.

--Amor, mis amigas dijeron que sí van – una dulce y tierna chica habló, ella, la novia de Ralph.

--Ah... Sí, este... Sí ya casi nos vamos – mi amigo de cabello esponjado sonó algo incómodo.

--Nos vemos luego – fue todo lo que dije, salí corriendo, si no lo hacía quizás cometería algo tonto, debía irme, aunque mis amigos me gritaban para que me detuviera no hice caso, era mejor así.

Después de unos momentos llegué a una parte del lugar que no conocía, el campo donde se dio el encuentro se hallaba en un sitio que parecía bosque, con caminos que conducían a pacíficos patios, yo me encontraba en uno de esos.