1. Mi lado estúpido y Jin Hee

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Justo cuando creí que mi futuro se veía prometedor, fui despedido.

Me gustaría decir que lo superé rápidamente, más no fue así, una semana más tarde de mi despido, mi novio me tiró, literalmente fue de esa manera, cuando regresé a casa mis cosas estaban regadas en medio de la calle, una parte de mi ropa había sido aplastada por las llantas de los automóviles y mis demás pertenencias quedaron en una caja al lado del basurero.

Recuerdo haber querido asesinar a ese chico al menos diez veces; por supuesto que solo en mi mente, Lee Jin Hee era una persona con un alma tan negra que dudaba a veces que él me hubiese querido durante toda nuestra relación.

Más el odio se esfumó 6 meses después, el día que murió. Su madre, una señora de no más de 50 años, me culpó durante dos meses, y es que, Jin se había suicidado debido a sus deudas; pero eso ella no lo quería entender. Prefería culparme, ¡por supuesto que para ella eso era lo más sencillo!, ¿quién aceptaría que su hijo se suicidaría por deudas?

Durante semanas estuvo en mi mente el rostro de Jin, y entonces, caí en depresión.

¿Qué hubiera pasado si en vez de insultarlo lo hubiese ayudado? ¿Qué hubiera pasado si en vez de tomar mis cosas aquella tarde mejor hubiese entrado a casa a hablar y arreglar nuestros problemas? El probablemente no tendría que haber tomado aquella opción.

Fue una tarde de verano cuando mis ojos se ampliaron al ver al chico frente a mí, mi corazón se estrujó y caminé rápido hasta allí, tomé con fuerza su hombro, haciendo que volteara, logrando así que cuando su mirada se fijara en mí, mis lágrimas cayeran.

—¿Qué demonios crees que haces?

Esa fue la primera vez que escuché su voz, y esa fue la primera vez que sus palabras iban dirigidas a mí. Entonces caí en cuenta que yo estaba haciendo el ridículo, lo solté rápidamente, tratando de mirar hacia otro lado, ¿es que yo acaso era estúpido? Su rostro podía lucir exactamente igual, pero la fuerza de sus palabras me confirmó que no era la persona que yo entre sueños buscaba.

—Lee Jin Hee—fue lo único que pude pronunciar al verlo ante mí, más el enarcó una ceja, su molestia podía ser notada aun cuando uno estuviese a un kilómetro de él. Tosí un poco cuando vi que simplemente me ignoraba y volvía a sus labores.

Pude escuchar claramente un "¿Qué pasó allí?" a lo que el simplemente respondió "Otro pervertido", hice una mueca al escuchar su respuesta, era verdad que él no sabía nada, pero, ¿tacharme de pervertido? Me reincorporé, tratando de olvidar aquello, saliendo del lugar.

Aquel chico tenía el físico de Jin, y, aun cuando era cierto que yo había hecho un caos en aquella cafetería, verle me hizo feliz. Verlo era como tener a Jin Hee, y podía imaginarlo con 26 años, lleno de vida, todo gracias a él. Si, sonaba muy tonto, pero era verdad.

—¡Hey, tu! —escuché una voz a mi espalda, volteé, esperando que fuera el desconocido, me preparé mentalmente para un par de patadas, más gracias a todos los dioses del mundo que me cubrieron, no fue así.

Vi al chico de cabello café acercarse con velocidad a mí, miré alrededor, confirmando que en verdad me hablase a mí y no a alguna persona de las que pasaban, si era así tendría que ponerme mi cubre bocas y huir por la vergüenza. Más cuando se paró justo frente a mí, di por pasado mi absurdo plan.

—Me gustaría disculparme. Mi amigo no es muy bueno con los clientes que intentan seducirlo. Ya sabes...

¿Seducirlo? Hice una mueca, moviendo mis manos con desdén en negación, en serio que lo habían entendido todo mal, ¡pero era mi maldita culpa por tomarlo tan bruscamente y solo balbucear palabras sin sentido cuando me preguntó que qué hacía!

—No intentaba hacer eso, te equivocas—negué repetidas veces moviendo mi cabeza de un lado a otro, posiblemente el chico pensó que si seguía haciendo aquello mi cabeza saldría volando, pues puso su mano sobre ella y solo se burló.

—Puedes volver cuando desees, solo evita estar cerca de el—dijo simplemente, para después alejarse lentamente, movió su mano una vez que estaba en la puerta del local, para finalmente perderse entre los clientes y trabajadores.

Suspiré, yo estaba muy cansado y recién eran las 5 de la tarde.

—Aigoo, Kim Myungsoo eres un problema—me dije a mi mismo en voz alta, sin importar que la gente pasara a mi lado, tomé fuerzas de nuevo y me puse en pie, pensando caminar de regreso a casa.

No sin antes volver al local. Busqué con la mirada al rubio de minutos atrás dando con él en un par de segundos. Caminé lentamente hasta el, por obviedad él se puso en pie, como si estuviese esperándome para matarme con solo una patada, tragué duro, era la primera vez en un año que me sentía así de mal, y era la primera vez en un año que le pediría disculpas a alguien que no fuese a mi nuevo jefe.

—Lo siento—murmuré una vez estando frente a él, y si, mis ganas de huir fueron más grandes cuando por fin pude ver que su mirada quería traspasarme. —No intentaba molestarte, pero tampoco intentaba algo fuera de lugar contigo.

—Que estupidez.

—Lee Sung Jong.

Me sorprendí al ver al castaño entrar en escena, golpeando la cabeza de quién parecía ser "Lee Sung Jong".

—No seas tan grosero con los clientes.

—El ni siquiera cuenta como cliente—se defendió.

—Está pidiendo disculpas, deberías decirle algo.

—Sí, sí, como sea.

—Todo resuelto, ¿verdad? —dijo el más alto en un tono feliz, dejando libre a Sung Jong, quién velozmente se fue de ahí. Caminó hasta el mostrador, donde yo por inercia lo seguí, no conocía a nadie allí y las miradas de los trabajadores me seguían a cada segundo.

—¿Te gusta abrazar a desconocidos con buen rostro?

Claramente se estaba burlando de mí, cubrí mi rostro con ambas manos, yo debía estar muy demente como para haber regresado para que un chico claramente teñido se burlara de mi con naturalidad.

—Es solo que su rostro me pareció familiar, pero me confundí. Eso es todo.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó, ignorando mi anterior respuesta.

—Myungsoo—respondí por educación, tal como si el chico fuese a robar mi identidad o algo parecido. Patético, así me debía verme en ese momento.

Miré el vaso que colocó frente a mí, tratando de descifrar que clase de veneno le habría colocado a la bebida.

—Es un simple frappé, ¿no los conoces?

Asentí, parecía que alguien me hubía engrapado la boca. Busqué entre mi maletín mi cartera, de la cuál traté de sacar dinero hasta escuchar un gritó proveniente del desconocido número 2. Voltee hacia el, quién aún mantenía un grito bastante alargado.

—No, no, no. —negó una y otra vez, mientras yo no entendía nada—Va por la casa, por los problemas que te ha causado Jongie, guarda eso.

Señaló los billetes y entonces comprendí. Mi boca se abrió en una "o", guardando la billetera de nuevo, realmente debía verme ridículo con tal actitud, al llegar a casa me encerraría por unas dos semanas antes de poder ver a la gente a los ojos de nuevo.

—Cuando quieras venir por las noches, pregunta por Lee Sung Yeol y el jefe te dará un descuento—sonrió con confianza, dejándome solo en aquella banca.

El pasado y yo | MyungyeolWhere stories live. Discover now