10. Adiós, Joshua

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APRIL

—Una semana — elevo mi dedo a la altura de su rostro para darle más énfasis a mi queja —, una semana desde que salí con Joshua, y hasta ahora no me deja en paz. Cree que somos enamorados, y todo por tu culpa.

— ¿Mía? — Tyler coloca su mano abierta sobre su pecho—Si fuiste tú la que lo besó.

—No lo hubiera besado si no hubieras ido con nosotros para malograr la cita.

—April...— forma un círculo con sus labios, ofendido— me hieres.

—Sí, como sea, ve a solucionarlo.

— ¿Yo? — inquiere — ¿hablarle a ese idiota egocéntrico? Ja—suelta burlón.

—Ay por favor, Tyler —ruedo mis ojos hasta que queden en blanco—. Tú y el podrían competir por quien es el más egocéntrico del mundo.

­—No soy egocéntrico —ladea su cabeza —, sólo soy consciente de mis virtudes, que tenga muchas más que los demás, no es mi culpa.

—Te podría mencionar cientos de defectos tuyos — pienso en los que más podrían darle directo en su ego para que se baje de esa nube tan grande que ha creado— no eres tan guapo cómo crees — sus labios se separan lentamente pero llegan a abrirse tan grande que su quijada podría dislocarse—, eres muy exasperante, eres...— me quedo en blanco cuando veo a lo lejos a Joshua, caminando por el pasillo en nuestra dirección, levantando la cabeza cual suricata, supongo que buscándome.

Abro mi casillero lo más rápido que puedo y me coloco tras él, escondiéndome, o por lo menos la parte de mi cuerpo que cubre el casillero.

— ¿Soy tan hermoso que tienes que esconderte tras tu casillero para no cegarte con mi resplandeciente belleza? —oigo su tono egocéntrico de nuevo.

No me molesta su gran ego, ya me acostumbré a él, tanto que me divierte, así como me divierte hacerlo sufrir un poco, como todos los mejores amigos lo hacen.

—En tus sueños —respondo sin dejar de esconderme—, amenaza a las doce.

Al no obtener ninguna respuesta suya, asomo mis cabeza lo necesario como para verlo, tiene los ojos achinados mirando detrás de mí. Dame paciencia señor.

—No a tus doce, idiota — medio susurro, medio grito —a mis doce — vuelvo a esconderme.

—Ah, es el ególatra de Joshua —contesta sin más, luego de unos segundos.

Lo miro con cara de "¿En serio? Lo tratas de ególatra cuando tú y él son tan parecidos", y sí con una sola mirada puedo decir todo eso, porque eso es lo que diferencia a los amigos de los mejores amigos, se entienden con una sola mirada.

— No me mires así —ladea de nuevo su cabeza, siempre lo hace cuando me explica algo que realmente cree que es verdad, como si eso le diera mayor convicción —, ya te dije que no somos iguales.

Joshua se acerca cada vez más, buscando con la mirada en cada uno de los salones, y viendo por todos lados.

—Ok, ahora aléjalo —imploro.

— No, hasta que no retires lo dicho — mi rostro sólo muestra confusión — lo que dijiste sobre mí.

— ¿Qué eres exasperante y eso? — arrugo la nariz.

—No, eso no me interesa, además es verdad — sube y baja los hombros —, dijiste que no soy guapo y eso no es cierto.

—Bien, bien — suelto lo más rápido que puedo —no es cierto.

Best friends not foreverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora