2.Fiesta en la casa de no sé quién

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-Te ves perfecta- susurra con picardía la "rubia" a mi costado.

-Mmm creo que esta bien- digo y ella sonríe.

-Entonces ya estamos listas- toma su teléfono y se mira por última vez en el espejo.

Gimena, tiene puesto un vestido azul oscuro ceñido al cuerpo, con apenas un poco de escote y le queda perfecto. Y yo tengo puesto un vestido negro con escote de corazón, la espalda un poco descubierta pero no mucho y me queda un poco mas arriba de la rodilla.

Queda bien realza mis "grandes" pechos y como es ceñido al cuerpo marca mi cintura y cadera.

-Estoy dispuesta a todo por ese gran trasero- dice mi amiga dándole una palmada a mi trasero.

- Oyee- me quejo pero igual estoy riendo.

-No se vale tu tiene un hermoso cuerpo.- dice haciendo puchero.

-Vamos Gimena, tú tienes unos lindos pechos y te lo digo por que te he visto muchas veces en sujetador.- ella se sonroja y se ríe.

Tocan el timbre y ya sabemos quienes son, así que bajamos.

Abrimos la puerta y ahí están esperándonos con una gran sonrisa en el rostro de ambos.

Max está perfecto con unos jeans y una camisa remangada hasta los hombros. Y Sebastian combinó bien unos jeans negros y una chaqueta de cuero negra.

Max nos da un beso a las dos al igual que Sebastián.

-¡Están hermosas!- dicen al unísono.

-Ustedes también se ven bien.- les digo a ambos giñandoles un ojo.

- Bueno dejemos de hablar o llegaremos tarde- dice mi amiga riendo.

Subimos a su auto y emprendemos el viaje, Sebastián no deja de mirarme frunciendo el ceño ¿Que rayos? ¿Que le pasa?

-¿Estas bien Sebas?- le pregunto y me observa.

-Ehh ¿No tienes frío? Digo no sé es muy corto el vestido- contesta, acto seguido me sonrojo y Gimena me da un leve codazo.

-Mmm nop, no tengo frío igual gracias- respondo nerviosa.

-Ah bueno, está bien.- dice nervioso al igual que yo.

Max tose incómodo por la situación y Gimena solo sonríe como idiota.

Todo es tan incómodo hasta que por fin llegamos a la fiesta.

- Bueno, llegamos- dice Sebastián saliendo del auto.

Todos salimos y caminamos hacia la entrada.

No es necesario acercarnos mucho, ya que desde afuera se escucha la música y la casa vibra.

Carajo.

En el jardín hay chicos y chicas frotándose unos con otros, intercambiando saliva y demás.

Entramos, Gimena me jala a la "barra" y tomamos lo que encontramos. Gimena, no se cuanto lleva tomando, no puede más y se deja llevar por la música.

Mueve sus caderas al compás de la música y me jala otra vez, a la pista de baile.

Todos están frotándose entre sí y sus cuerpos emanan sudor, lo que provoca una combinación de alcohol, sudor y cigarrillo en el ambiente.

- Mira aquellos te están mirando- dice Gimena en un susurro arrastrado.

Me volteo y lo confirmo. Hay un grupo de chicos que tienen la mirda puesta en Gimena y yo. Son cuatro: el primero tiene el pelo negro, rasgos finos y es muy alto. El siguiente tiene el pelo castaño con ondas, una combinación de verde con marrón en los ojos. El otro es un poco morocho, alto, unos labios carnosos para morir. Y por último está el idiota de la otra vez, esperen ¡¿El idiota de la otra vez?! ¡No puede ser! Todos tienen un cuerpo bien formado se nota a kilómetros y también una sonrisa estúpida en sus deliciosos labios.

Simple RetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora