Simple Reto

5.Fiesta en la playa

—¡Lo sabía, lo sabía!— pobre de mis tímpanos, los gritos de Gimena son tan agudos que matan— ¡Yo sabía que iban a terminar juntos!

Después de contarle todo, absolutamente todo de lo que paso ayer en el auto, Gimena no a dejado de gritar.

—Gimena, yo... no sé lo que siento por él, ni siquiera sé si realmente siento algo por el.

—Eso se va a aclarar con el tiempo.

Me pongo a pensar en eso, la verdad yo solo lo veo como mi mejor amigo pero nada más.

—Lo del beso, yo... me gustó, sí lo acepto, pero después de eso no sentí nada más; para mí sólo fue un simple beso.

—Yo creo que deberías darle una oportunidad.

—Es que tú no entiendes, imagínate que seamos novios está bien, pero en algún momento esa relación se va a acabar y yo no quiero perder su amistad. Lo quiero mucho, además no quiero darle falsas esperanzas por que verdaderamente no siento nada por el, es lindo y todo pero solo lo veo como mi amigo.

Gimena suspira decepcionada.

—Pero... Si es que él te propone una cita, ¿Aceptarías?

Me quedo callada pensando.

Estoy a punto de responder, pero el timbre me interrumpe.

Salvada por la campana.

—Tengo que abrir — le regalo una sonrisa tensa y ella me mira con los ojos achinados. 

Bajo las escaleras, y abro la puerta.

—Holaa, amigos queridos, pasen, pasen siéntanse como en su casa.— hablo en un tono raro.

—¿Estas bien Sofía?— pregunta Max.

Me quedo mirando a Sebastián, tanto que Max tiene que chasquear sus dedos para que reaccione.

Está guapísimo. Me doy una cachetada mental por pensar de esa manera.

—Ah... sí digo no, diré sí, sí.— bajo la cabeza avergonzada— Pasen.

—Está bien...— Max me mira como si fuera un bichito.

Mi cara arde de la vergüenza.

Sebastián tiene una sonrisa pintada en su rostro.

Ay Sofía, siempre haciendo el ridículo.

—Bueno... esperen aquí. Yo... ya vuelvo, sí, ya vuelvo.

¡Deja de hacer el ridículo!

Suelto una risa nerviosa y subo torpemente las escaleras.

Apenas llego arriba, me encuentro con Gimena.

—¿En serio Sofía? Y después dices que no te gusta, acabas de hacer el ridículo abajo.

—Yo... ¡Argh! Déjame estoy confundida.

Entro a mi cuarto, claro que Gimena viene tras mío.

Sé que vamos a discutir por una idiotez.

—Tienes que ordenar tus sentimientos.

—Pero no es fácil.

—Sí, lo sé, sé que no es fácil pero deberías intentarlo en vez de decir:"Ay no me gusta, es mi mejor amigo."— hace una muy mala imitación de mi voz.

—¡Mi voz no es así! Y además ese no es tu problema.

—¡Claro que es mi problema! Eres mi mejor amiga.