Prólogo.

77 3 0
                                    

¡Y nos volvimos a encontrar!<3<3

(Perdón por la deprimente portada que le he puesto a la novela. Ya he perdido por completo la costumbre de editar fotos. Prometo que si consigo hacer una portada mejor, la cambiaré).


Bueno, éste es el prólogo de la cuarta y última temporada de Muda. Espero subir los primeros dos capítulos pronto, y no tardarme demasiado.

Espero que les guste. Voten y comenten si es así.<3

***************


[ U N   A Ñ O   D E S P U É S ] . . .


Caminé un poco por todo el lugar que consistía en la habitación de Kim, lentamente, con el fin de distraerme un poco ante la espera de mi amiga, que se encontraba en el baño. Deslicé suavemente mi dedo por cada objeto en particular que habitaba en ésta alcoba tan peculiar. Comenzaron a caer recuerdos en mi mente como si fueran gotitas de agua cayendo desde las nubes en forma de lluvia, revelando los lindos momentos de las infinitas veces que he venido aquí a pasar la noche junto a Kim en una pijamada, donde ambas nos desvelábamos a altas horas de la madrugada a causa de platicar sobre diversos temas interesantes, de escuchar música o mirar videos en YouTube, de jugar los juegos de mesa que ella tiene o a las cartas... todo porque se nos pasaban volando las horas, y perdíamos por completo la noción del tiempo.

Hace varios meses que no hacemos una pijamada, ya sea aquí en su casa o en la mía, debido a que el estudio para nuestros exámenes finales nos consumía totalmente todo nuestro tiempo. Pero dentro de poco podremos recompensar permanentemente todos ésos fines de semana que podríamos haberlos ocupado para hacer ésas tan preciadas pijamadas para nosotras.

Iba ojeando cada detalle del cuarto de Kim, hasta dar con sus fotografías. Se encontraban pegadas en la puerta de su ropero. En la mayoría de ellas, una versión mucho más pequeña de Kim, de unos dos años más o menos, se encontraba impresa ahí mismo, algunas estando ella sola sonriendo y en otras de la compañía de un Jev de unos aproximadamente siete años; unas cuantas más en donde me encuentro con ella, ambas sonriendo, haciendo algunos gestos o muecas graciosas en nuestros rostros; otras en donde está ella sola, de niña o de adolescente...

Y una con Summer.

Kim todavía no pudo perdonar a su madre después de que se haya enterado de que ésta lo ha alejado a Jev de mis padres cuando éste apenas era un recién nacido, y tampoco quiere verla ni saber nada de ella justamente por ésa mismísima razón. Pero aun así, al ver que ésta foto todavía sigue pegada en la puerta de su ropero, en donde se la ve a Kim de pequeñita muy sonriente junto a una versión un poco más joven de Summer, debe de sentir un poquito de cariño hacia su mamá.

Y no la puedo culpar. Al fin y al cabo, Summer es su madre, y éso no lo puede cambiar.

Suspiré una vez que le di una última ojeada a aquella foto, y me dirigí a la desordenada cama de Kim. Me senté en el colchón, dando un par de saltitos en mi lugar. Me sorprendí al ver que podía rebotar. Antes, cuando me sentaba aquí, el colchón se hundía de tal forma que quedaba moldeado el tamaño de mi pequeño trasero ahí mismo por un buen rato; ni hablar de la incomodidad que se sentía. Ahora es completamente todo lo contrario.

—¡Era hora de que te compraras un colchón nuevo, Kim! —alcé mi voz para que Kim me pueda escuchar desde el baño—.

El baño se encuentra a menos de un paso desde su habitación, pero de igual forma hay que levantar un poco la voz para que quien sea que se encuentre allí mismo escuche lo que le están diciendo desde la distancia.

Mentiras Piadosas. «Muda 4».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora