único.

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Cerré la puerta tan lentamente que sentí cuando el cerrojo trabó. Apoyé mi espalda en la madera, mirando el interior de la casa. Me gustaba el color que habíamos elegido para las paredes. Eran azul marino, con una alfombra beige que adornaba el piso y combinaba con el ambiente sobrio.

Una mueca que intentó ser sonrisa salió cuando posé mis ojos en la decoración. Cuadros comprados en una reventa y fotos enmarcadas, dónde lucíamos felices. Tenía la necesidad de revivir momentos así de nuevo.

Con un suspiro, dejé el bolso en el sofá, junto con mi abrigo. Troné mis dedos, nerviosa, incómoda, con cierto malestar. ¿No les pasó nunca estar neutros? En la cocina, tomé un vaso de agua y volví a suspirar, pesadamente, como si el aire fuera a fallarme.

–¿Jiyeon? ¿Llegaste? -escuché desde arriba. Enjuagué el vaso y con suma intranquilidad, subí los escalones. Caminé por el pasillo hasta llegar a la habitación que se encontraba al final. Asomé la cabeza primero. Observé a Yoongi con la cara apoyada en sus dos puños, vista fija en su computadora, componiendo o tratando de producir alguna melodía. A pesar de sentirme extraña, sonreí. Él tenía ese efecto en mi.

–Hola. -saludé, acercándome a él y rodeándole los hombros con mi brazo, dejando un beso en su mejilla. Sin embargo, aquello no le basto, así que tomó mi rostro en sus frías y huesudas manos y unió nuestros labios de manera suave. Mi corazón latía fuerte siempre que teníamos ese tipo de contacto físico, justo como la primera vez que lo vi.

–¿Cómo te ha ido? -preguntó mi novio. ¿Miento o digo la verdad? Verdaderamente, siempre había tratado de ser lo más sincera con él, contando mi día a día y como me sentía, pero hoy no sabía que palabras elegir para expresarme. Opté por la primer opción.

–Bien, por suerte. -dudando contesté. -Voy al cuarto a cambiarme. Me imagino que has cenado ya, así que dormiré directamente, ¿si? -estaba a punto de cruzar la puerta, cuando Yoongi tomó mi brazo e hizo que me diera vuelta, envolviéndome en un abrazo, con mi cabeza en su cuello y su respiración cerca de mi oído.

–¿Estás bien? -demonios, quería decir que no. Que dejé mi carrera universitaria, que perdí mi trabajo y que no tenía ningún sueño. Me sentía nadie comparada a él. Aunque fuera tres años mayor que yo, supo mantenerse siempre y seguir su sueño: ser productor y rapero. Y yo estaba muy orgullosa de todo lo que había y estaba logrado. Pero en parte, era diminuta a su lado. Dolía no poder ser alguien, no tener una meta que seguir. Tienes un peso en los hombros que hace que te cuestiones cada desición que tomas y vives paranoica de que suceda algo malo, de nuevo.

Lo miré fijo, sus ojos me transmitían paz. Lo que desprende Yoongi siempre me completó. Es una persona tan calma y con una forma de ser muy serena, creo que yo siendo todo lo contrario, pude cambiar un poco más. Madurar e independizarme. Pero, sin embargo, volví a retroceder.

–No. -involuntariamente mis ojos comenzaron a picar, la vista estaba borrosa y quería escapar de ahí. No poder expresar los sentimientos es una de las situaciones más difíciles de la vida. Sin siquiera quererlo, lágrimas empezaron a empapar mi cara. Mis ojos se posaban en las ruedas de la silla de Yoongi, no podía mirarlo. -Lo siento.

–¿Por qué lo dices? No me has hecho nada. Vamos, dime que pasa. -acarició suavemente mi cabeza y pasó unos cabellos por detrás de mi oreja. También con su otra mano, secó el agua de mis mejillas.
Oh, que sería de mi sin él ahora mismo.

–No siento nada, Yoongi. -su mirada reflejó preocupación y elegí otras palabras para que no se malinterpretara. -No, por ti siento mucho. Me refiero, a la vida en general. Me han despedido hoy. -el llanto comenzó a aumentar. -También dejé la carrera, no podía adaptarme a la velocidad del estudio. No sé que hacer ahora. Perdí la motivación para algunos hobbies. Lo único que tengo es a ti, y no quiero volverme una carga. -enjuagué mi cara de manera abrupta, odiándome. Yoongi no merecía esto. Él necesita una mujer que sea alegre y tenga fuerzas para hacerlo feliz, no a mi.

so far away « m.yoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora