Capítulo 4

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Naty no entendía lo que estaba oyendo. ¿Su mejor amigo era gay? En ese momento rezaba porque fuera solo una broma, uno de esos videos de reacciones que la gente sube a YouTube.

—¿Cómo?— le preguntó, aún sin dar crédito a lo que estaba pasando

—En realidad siempre lo sospeche

Naty lo miró mal. La TENÍA que estar jodiendo.

Esto la estaba asustando.

—A ver— continuó intentando explicarse— Nunca creo haber sentido nada por una chica. Habré besado a muchas, andado con unas cuantas e incluso tenido sexo con varias, pero ninguna nunca me hizo sentir algo de verdad.

La expresión en el rostro de Naty era una mezcla de asombro y horror. Su peor pesadilla se había hecho realidad. No se describía como homofobica, pero no le simpatizaba para nada que su mejor amigo y crush de toda la vida no pudiera jamás sentir algo por ella.

Pero eso no se lo iba a decir.

—¿Y cómo te diste cuenta?— lo interrogo

—Bueno, a eso quería llegar— fue su respuesta — ¿Te acordás de Clara, la chica del club de poesía que te presenté en mi cumpleaños?

Ella asintió. La imagen de aquella joven de cabello castaño claro y ojos miel se le vino a la mente. Le había parecido simpática y habían hablado y tomado algunos tragos juntas durante la fiesta de cumpleaños que Seb había organizado en su departamento en enero.

Tuvo esperanzas por un tiempo de que entre ella y su amigo fuera a pasar algo más que una amistad, pero no fue el caso. Lo que sí sabía era que habían tenido sexo luego de una de sus salidas al bar, pero ahí había acabado todo.

—Luego de que quedó claro que nunca iba a haber algo entre nosotros, le conté mis sospechas— prosiguió— Me dijo que, si yo estaba dispuesto, tenía un primo al que presentarme.

Los ojos de Naty estaban abiertos de par en par, sin creer aún en la historia que salía de la boca de Seb.

—Y así conocí a Fede y me di cuenta de que me gustaba— terminó la historia— Fue a él a quien viste aquella noche en el pasillo y con quién tuve la cita para la que me arreglé anoche, en la que le pedí que fuera mi novio.

—Para— lo interrumpió Naty— ¿Tu qué?

—Se que es mucho para asimilar de una, pero...

—Pero nada— lo frenó ella otra vez— ¿Cómo te vas a comprometer en una cosa así? ¿No te parece mucho? Mira si te das cuenta de que...

—¿De qué?— gritó él— ¿De qué me gustan las minas? ¡Ser gay no es una moda, Natalia! Es lo que siento, es mi forma de amar, y no porque sea distinta a la tuya o a la de los demás significa que me podés andar criticando eso

—¡Yo nunca dije eso!— exclamó ella— Solo que...

—La verdad que no me esperaba esta reacción de vos, Natalia

Las cosas se habían puesto mal. Si Sebastián la había llamado por su nombre y con ese tono, todo estaba mal. Estaban a los gritos en el medio de la calle y todos los peatones, ciclistas y demás transeúntes se habían volteado a mirarlos. Enorme era la escena que estaban montando, un auténtico escándalo que parecía salido de telenovela.

—¿Qué pasó con la chica cuyos personajes favoritos de Modern Family eran Cameron y Mitchell?— insistió Seb— ¿Y con los duetos Klaine que cantabamos juntos a todo pulmón? ¿Me explicas? Porque no entiendo como estoy hablando con esa misma persona.

El ladrón de mejores amigos (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora